viernes, 31 de julio de 2009

Aborto y racismo II

Lo leía ayer en Alfa y Omega:

¿Cómo conciliar la defensa del aborto, con el reconocimiento de la dignidad incondicional del ser humano? El New York Times hace una interesante revelación. Richard Nixon, Presidente de los Estados Unidos cuando el Tribunal Supremo legalizó el aborto, mostró su preocupación por los perniciosos efectos de esta sentencia en la estabilidad de la familia, pero también vio un lado positivo: «Hay casos en los que es necesario (el aborto). Yo lo sé. Como cuando tienes (el hijo de) un negro y una blanca».

El mismo diario ha entrevistado a la juez del Supremo Ruth Bader Ginsburg. Es una charla amigable, y cuando llega a la cuestión del aborto, sin preocuparse por cómo serán interpretadas sus palabras, la juez afirma que debe fortalecerse «el derecho a elegir» para que llegue más a «mujeres pobres». Y reconoce: «Pensé en la época de la sentencia en que había preocupación por el crecimiento de la población, y particularmente entre poblaciones de las que no queremos demasiadas (personas)».

5 comentarios:

  1. Cualquier cosa vale. Es igual . No puedo creer lo que he leído. Cuánto hay que no sabemos y que se hizo. Hoy al menos en internet podemos horrorizarnos y reaccionar.
    Un abrazo.
    No sé que debe pasar. No te llegan mis comentarios.

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  2. Yo lo tuve que leer varias veces para dar crédito.

    Sí me llegan tus comentarios, lo que agradezco, porque así parece que el blog le interesa a alguien. Lo que pasa es que no se publican inmediatamente. Primero me llegan al mail y los publico. Y como no estoy todo el día pegada al ordenador, pues no puedo hacerlo inmediatamente.

    ¡Saludos y gracias!

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  3. Oye no te infravalores, tienes un blog con unos post preciosos. Gracias por la aclaración

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  4. Encantada de conocerte, es verdad que, a nivel político, detrás del aborto hay motivos inconfesables, como el del control de la población inmigrante. Da escalofríos sólo pensarlo. Besos.

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  5. Encantada, Victoria.
    Da escalofríos, y vértigo y de todo pensar lo que está haciendo el negocio del aborto.
    ¡Un abrazo!

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