lunes, 7 de septiembre de 2009

Pequeño testamento

Os dejo el río Almofrey, dormido entre zarzas con mirlos,
las hayas de Zuriza, el azul guaraní de las orquídeas,
los rinocerontes, que son como carros de combate,
los flamencos como claves de sol de la corriente,
las avispas, esos tigres condensados,
las fresas vagabundas, los farallones de Maine, el Annapurna,
las cataratas del Niágara con su pose de rubia platino,
los edelweiss prohibidos de Ordesa, las hormigas minuciosas,
la Vía Láctea y los ruyseñores conplidos.

Os dejo las autopistas
que exhalan el verano en la hora despoblada de la siesta,
el Cántico espiritual, los goles de Pelé,
la catedral de Chartres y los trigos ojivales,
los aleluya de oro de los Uffizi,
el Taj Mahal temblando en un estanque,
los autobuses que se bambolean en Sao Paulo y en Mombasa
con racimos de negros y animales felices.

Todo para vosotros, hijos míos.
Suerte de haber tenido un padre rico.

(Miguel d'Ors)

5 comentarios:

  1. Escribis muy lindo y me gusta tu blog.
    te saludo desde Bs As Argentina

    Diego M. Alhadeff

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  2. Muchas gracias, Diego, pero ese poema no es mío, sino de uno de los mejores poetas españoles contemporáneos: Miguel d'Ors. Tuve la suerte de ser su alumna en la Universiadad de Granada.

    Saludos desde España.
    ¿Sabés que me encanta como hablás? ;-)

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  3. Pues yo aseguro que la alumna también escribe muy bien.

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  4. Sí que marca. Ojalá pudiese volver a vivir allí. Quién sabe, la vida da muchas vueltas. Yo viví allí el curso del 97 y el 99. Después he vuelto, pero de visita.
    ¿También estudiaste en la Sorbona?
    À bientôt!

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