martes, 24 de noviembre de 2009

Mi amado las montañas


(...)
Buscando mis amores
iré por esos montes y riberas;
no cogeré las flores,
ni temeré a las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.
¡Oh bosques y espesuras
plantadas por la mano del Amado!,
¡oh prado de verduras
de flores esmaltado!,
decid si por vosotros ha pasado.
Mil gracias derramando
pasó por estos sotos con presura;
y, yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de su hermosura.
(...)

Mi Amado las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos,
la noche sosegada
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.
Cogednos las raposas,
que está ya florecida nuestra viña,
en tanto que de rosas
hacemos una piña,
y no aparezca nadie en la campiña.
(...)

Del Cántico espiritual, de san Juan de la Cruz



1 comentario:

  1. La primera vez que escuché estas palabras fueron en boca de Amancio Prada quien a mi parecer hizo una versión preciosa de este canto. Lo he utilizado en más de una ocasión para hacer oración. Precioso de verdad.Llevo unos dias con la FM (no la radio, sino la fibromialgia) un poco tocado, pero paso cada día por esta casa. Un beso

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