domingo, 8 de diciembre de 2013

Canción por sus manos cruzadas al pecho

¡Oh, hermosísima entre todas,

sal tras las huellas de tus corderos y apaciéntalos”.
(Cantar de los cantares, I, 7)


Mas, ¿qué, te quedarás así, serena,
en tu impasible y solitaria altura,
sola entre todas, entre todas Pura,
a nuestro mal y a nuestro llanto ajena?

¿Te encerrarás en tu DE GRACIA LLENA,
Vaso de nardo, Estrella de hermosura,
cuando a tus mismas plantas, ¡ay! fulgura
el rayo que a exterminio nos condena?

Sin nuestra noche triste no serías
la Aurora Tú: tan alta, ¡oh Inmaculada!,
te alzan nuestras miserias y agonías.

Y pues de Adán la estirpe desdichada
suyas hace tus regias primicias,
haz Tú, en retorno, tuya nuestra nada.
  
Genaro Xavier Vallejos, (1891-1991).

José Joaquín Magón: Mater Pulchrae dilectionis.
 

La Inmaculada Concepción de la Virgen María fue proclamada patrona de España el 25 de diciembre de 1760, por parte del papa Clemente XIII mediante la Bula Pontificia “Quantum Ornamenti”. 

A petición unánime de las Cortes Generales Españolas, el rey Carlos III solicita a la Santa Sede que la Inmaculada Concepción de María sea proclamada Patrona de España

El 8 de diciembre de 1854 el papa Pio IX manifestaba solemnemente en la basílica vaticana de San Pedro de Roma mediante la bula Ineffabilis Deus
“Declaramos y definimos que es doctrina revelada por Dios, la que sostiene que la Beatísima Virgen María en el primer instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente y en previsión de los méritos de Jesucristo, fue preservada e inmune de todo pecado original”.

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