jueves, 20 de febrero de 2014

Los médicos y el concebido

Fuente: alfaymoega.es
María Rosario Bachiller Luque, Presidenta de la Federación RedMadre de Castilla y León

Los médicos ejercemos para curar; para restablecer a la normalidad orgánica y funcional al cuerpo enfermo. Y, si no es posible, acompañar y aliviar el dolor, tanto físico como psíquico. Ésa es nuestra función social en unas brevísimas palabras. Y para eso elegimos esta profesión. 

Y, sin embargo, la sensibilidad de la profesión médica hacia los derechos del concebido,
en los últimos treinta años, ha disminuido enormemente, a pesar de los vientres de cristal que suponen las ecografías de última generación. En la sociedad y en la práctica médica, se ha institucionalizado que los derechos de la gestante prevalecen sobre los del no nacido, asumiéndose el aborto como un mal necesario, fruto de situaciones sociales desfavorables y de la libertad de la mujer para decidir sobre su cuerpo. El actuar médico se ha impregnado, en este campo, de un gran indiferentismo. Se sabe lo que es un embarazo, pero el relativismo imperante hace que, en la práctica diaria, se olvide la incontestable realidad biológica del inicio de la vida humana en la fecundación. Es más fácil indicar un aborto que ayudar a la mujer. Ocupa menos tiempo asistencial en nuestras saturadas consultas médicas. 

El pasado sábado 15 de febrero, la Asamblea General del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos hizo una declaración institucional sobre el anteproyecto de Ley orgánica para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada, que refleja este estado de insensibilidad de la profesión ante los derechos del concebido. Se aconseja que, tal y como refleja la primera conclusión de esta Declaración, «los poderes públicos concilien sensibilidades diferentes», consensuando voluntades... Es decir..., «según se piense y se sienta». Es curioso que, sin embargo, el texto se inicie recordando el art 51.1 del Código de Deontología Médica, que expresa que «el ser humano es un fin en sí mismo en todas las fases del ciclo biológico, desde la concepción hasta la muerte. El médico está obligado, en cualquiera de sus actuaciones, a
salvaguardar la dignidad e integridad de las personas bajo sus cuidados». Esto se olvida en los párrafos siguientes.

Soy pediatra. Y no concibo que un niño enfermo, aunque esté fatalmente enfermo y abocado a la muerte, deba ser eliminado por medio de actos médicos, tal como se declara en el punto 4, en el que se aconseja la despenalización del aborto, en el supuesto de malformación grave o enfermedad incompatible con la vida del feto. No podemos ser ni los médicos, ni las mujeres, los que apretemos el gatillo contra el niño enfermo. ¿Para eso ejercemos? Apoyemos a la mujer. Aliviemos al enfermo. Y cuidemos al débil. 

¡Ojalá los médicos despertemos y logremos poner fin al mayor holocausto silencioso que se ha producido en la historia de la Humanidad! Y exijamos que se promuevan leyes que ayuden a la mujer embarazada. Sólo así lograremos cambiar esta sociedad que es insensible al débil, al concebido, que todavía no habla ni vota.

3 comentarios:

  1. Es una verdadera desgracia que médicos, que deberían dedicar su vida a salvar vidas, y a buscar soluciones a enfermedades, se dediquen a la eliminación de enfermos y de débiles. Una pena. Un abrazo

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  2. Ante todo la vida.
    Gracias por tus palabras
    Un Beso

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