Entre la mucha gente políticamente incorrecta, valiente y desvergonzada (en el buen sentido de la palabra) que tengo el gusto de ir conociendo a lo largo de mi vida (aunque sea virtualmente), se encuentra María Vallejo-Nágera. Ya he tenido ocasión de hablar de ella y de sus libros en el blog. Exquisita, educada y sin pelos en la lengua. Me gusta por su descaro para hablar de Dios, y de su Madre, y de todas las personas y cosas importantes que otros nos saben ver.
Hace unos días leí su columna en la revista Misión, y no me resisto a traerla aquí.
Proclamando a Cristo, proclamando mi fe
NO HAY que tener vergüenza de amar y hablar de Cristo, querido lector. Ni siquiera en las situaciones mís extrañas... También a mí me tiemblan las piernas en algunas ocasiones, pero por pura gracia de Dios saco fuerzas y me tiro al ruedo. ¡Y me llevo cada santa sorpresa! Lea y asómbrese de lo que me pasó al respecto hace tan solo un mes durante un viaje a la ciudad de Nueva York:
Mientras esperaba junto a dos muchachos la llegada del ascensor en el piso 59 de un hotel, caí en la cuenta de que uno de ellos me era familiar. Se trataba del joven nominado a varios Óscares Mark Wahlberg, modelo, actor y productor de películas tan taquilleras como El planeta de los simios, La tormenta perfecta o Boogie nights. Como soy amante del cine, había leído artículos sobre su persona y, tristemente, sabía que este joven tan admirado por millones de fans había tenido un pasado muy turbio. Había sido procesado 25 veces por delitos como hurtos, adicción a la cocaína, violencia racista, tentativa de asesinato y hasta por propinar una salvaje paliza a un joven vietnamita, a quien dejó tuerto. Fue encarcelado y cumplió una seria condena. Sin embargo, también oí que, por pura gracia de Dios, había experimentado últimamente un "leve" acercamiento a Dios, y que había hecho declaraciones muy hermosas: "Nada deseo más que encontrarme con aquel a quien dejé tuerto, pedirle perdón... Solo cuando comencé a hacer el bien al prójimo, pude empezar a vivir en paz. Estoy conociendo poco a poco a Jesús...". Y, entonces, envalentonada por este recuerdo, me lancé... ¡Pero qué vergüenza me daba! "Va a pensar que estoy chalada...", me dije.
"Hola Mark. Mira, soy...", dije. No me pregunte cómo, querido lector, pero en un minuto le había hablado de mi conversión, de mi amor por Cristo, y le animaba a seguirle para vivir centrado en su paz. ¡Y antes de que ambos nos quisiéramos dar cuenta, ya éramos amigos! Me hizo muchas preguntas sobre mi fe bajando en ese ascensor... Justo antes de perdernos de vista para siempre (al llegar a la planta baja), en un impulso inexplicable, me quité el rosario que siempre llevo al cuello y se lo colgué. Me miró lleno de asombro... "¡Qué bonito!", exclamó. "Es un arma contra el diablo", dije. "El elemento de oración más hermoso que nos ha regalado nuestra Madre del Cielo. Aprende a rezarlo y vivirás bajo su protección." "¡Muchísimas gracias!", dijo, dándome un abrazo. "Adiós, María; seguiremos en contacto".
Eso fue todo, querido lector. Me pidió una tarjeta y le perdí entre la gente del hotel.
Cómo iba a imaginar que ayer mismo iba a recibir una llamada desde Los Ángeles: "Doña María, perdone que la moleste. Soy el agente del señor Walhberg. Ha estropeado el rosario que usted le regaló por exceso de uso... Lo llevaba siempre al cuello y oraba con él. Está desolado y le ruega encarecidamente que le envíe otro lo antes posible. Le atrae mucho su poderosa intercesión. ¡Considera que usted le ha ayudado mucho con su ejemplo de fe y le agradece que le haya enseñado el poder del Santo Rosario! ¿Puede hacerle este favor?".
¡Qué cosas, querido lector! Y yo, por temer que me considerara una chalada, casi ni me había atrevido a decirle nada...Más info sobre Mark Wahlberg (en inglés): http://www.youtube.com/watch?v=cKAyExg_kJ0&sns=fb
www.mariavallejonagera.com
Pues sí, lo entiendo perfectamente, no es una "chaladura", siempre hay un instrumento en las manos de Dios, un mensajero, o muchos, depende.
ResponderEliminarSi examinamos nuestra vida siempre encontraremos la primera vez que nos dimos cuenta de que existen los mensajeros, los mediadores, los instrumentos de Dios.
Yo me dí cuenta en una conferencia, algo en principio que parece aséptico, pero el conferenciante, no me acuerdo de su nombre (siempre me ha dado mucha rabia no acordarme), sé que era un jesuíta, caló mucho en mí; recuerdo que el título de la conferencia era "La teoría de los encuentros", y allí, en Madrid, con una oferta de actividades muy diversa, me llamó la atención y entré a la conferencia...y lo que dijo permaneció siempre dentro de mí. Dios siempre nos habla. Me ayudó a reconocer a todos aquellos que, sin darme cuenta antes, habían sido sus instrumentos hasta entonces.
Aquí, en la red, cuando empecé con el blog era una diversión,quería conservar las recetas de cocina de mi madre, nada más; recuerdo que decía "Dios no aparece en la red", en aquellos tiempos no lo encontraba, a lo mejor es que no lo buscaba en la red, puede ser, la verdad es que no lo sé, sólo sé que me preocupaba. Yo seguía con mis recetas, mis músicos, el arte, bueno esas cosas, tampoco miraba mucho a las personas que me seguían, no por nada, por falta de tiempo, hasta que un día entré en sus blogs, y empecé a descubrir a personas muy diversas.
Un día me concedieron un premio desde un blog. Siempre me había parecido una tontería lo de los premios, pero tenía que elegir una serie de blogs y contesté porque, sin conocer a la persona, era muy amable, y salieron enseguida, casi sin pensar, y navegando, navegando llegué aquí, y puse enlaces y empecé a seguir con interés lo que otras personas decían, personas que sin este medio nunca hubiera llegado a conocer.
Este blog ha sido un instrumento para mí en la red y por eso te lo agradezco. No siento vergüenza de decir que soy cristiana, en mi vida Jesús es la esencia, pero siento pudor al escribirlo en la red. Desde hace un tiempo creo que ya es hora de añadir el crucifijo en el blog. Me habéis ayudado a ser un poco sin-pudor, un poco sin-vergüenza.
Gracias
Querida Rosa:
Eliminarante todo, muchísimas gracias por todo lo que cuentas y por tu confianza.
Como dices, "Dios siempre habla". Y como sabes, está en todas partes. También en la red. "Sólo" nos falta aprender a mirar, y a escuchar.
Hay muchos blogs de gente estupenda. Como los que tengo enlazados en el margen derecho del blog. Por supuesto, no están todos los que son, ni son todos los que están :)
También te digo que no hace falta hablar de Dios para que Dios esté en la red. Hay muchos blogs donde se nota que está Dios, aunque no se pronuncie su nombre. Se nota que sus autores son personas que están cerca de Dios.
Me alegro de que hayas decidido poner el crucifijo en tu blog. Lo más grande que tenemos los cristianos es eso, nuestra vocación de cristianos. Nos la ha dado Dios. ¿Qué sentido tiene avergonzarse de semejante regalo?
Me alegro de que este blog te haya ayudado. Sé que este blog, como los de otros, puede hacer bien, y por eso lo tengo. Aunque pocos dejen comentarios (yo soy la primera que no suelo comentar mucho en blogs) son muchas las personas que han pasado y pasan por aquí.
Hace días que me gustaría contactar contigo por mail, pero no he lo visto en tus blogs. Si quieres, me lo puedes dar en un mensaje, que por supuesto, no aparecerá publicado.
Muchas gracias por todo. Un abrazo.
Santa desverguenza.
ResponderEliminarSi no fuera por esta Santa desverguenza que tuvieron que tener los apóstoles, hoy no seríamos cristianos.
Y tenemos que considerar que nostros también somos apóstoles.
Así es, Fran, si una docena de pescadores incultos hubiesen tenido vergüenza, ahora no estaríamos aquí, hablando de etas cosas.
EliminarUn abrazo.