jueves, 19 de julio de 2012

El decoro en la cuerda floja

Por: Josefina Figueras en asmoda.com

En nuestra convulsiva época se suele hacer una calificación muy “sui generis” que coloca algunas palabras y conceptos entre lo llamado “políticamente incorrecto”. Y la palabra decoro es uno de ellos. Sin embargo, desde la otra orilla, muchos se esfuerzan por reivindicar el verdadero significado del decoro como el respeto que la persona se debe a si misma y como consecuencia a los demás. El debate cobra especial intensidad cuando llega el verano porque si se prescinde del decoro se puede caer en una plaga por desgracia bastante corriente: la chabacanería ambiental.

La pérdida del decoro, que es un claro síntoma de retroceso social, puede expresarse de muchas maneras pero una de las más sintomáticas -y que en verano alcanza niveles altísimos- afecta a la forma de vestirse o mejor aun de desvestirse. Contra esta plaga se han alzado ya algunos ayuntamientos para exigir decoro como una forma de cuidar la imagen de la población y también respondiendo al aumento de las quejas ciudadanas.

Frente a la pretensión de algunos de pasearse casi desnudos por las calles, especialmente en poblaciones cercanas a la costa, se han arbitrado algunas medidas cortando los excesos con prohibiciones concretas, sujetas a multas, como por ejemplo no permitir además del desnudo el pasearse por las calles en bañador “para proteger el derecho de las personas como consecuencia de la falta de respeto a las pautas mínimas generalmente admitidas en relación con la forma de vestir que exige la ley”, como se publicó por ejemplo no hace mucho en Barcelona.

Algunas asociaciones, que defienden el derecho prehistórico de ir “sin ropa”, se han sentido “perseguidas” con estas prohibiciones y otras parecidas y lo han calificado incluso de “nudofobia”. Otros consideran que prohibir estos excesos es un ataque a la libertad. Sin embargo, considerando las cosas con objetividad, las medidas restrictivas en las calles y también en las entradas de algunas catedrales y monumentos históricos, tienen que ver con la educación y el respeto, pilares en los que se apoya la convivencia y el decoro que se quiere borrar del diccionario y de las calles.

En el fondo de este debate late un concepto equivocado de la libertad individual, que se quiere definir como un derecho de hacer y vestir cada uno según le venga en gana sin que nadie tenga derecho a poner determinados límites. En verano esta libertad abusiva toma mayores alas y cuando llega el buen tiempo hay quienes creen que los parques públicos son como la terraza de su casa y colocan la toalla sobre el césped, se embadurnan con el bronceador y se ponen a tomar el sol en bañador o en bikini. Y además de estos hay otros que ni se molestan en ponerse una camiseta y salen de casa en traje de baño y chanclas para defenderse mejor del calor reinante. O creen que los minishorts es una prenda adecuada para las calles de las ciudades.

Se suele alegar que estas actitudes no hacen daño a nadie. Pero, además de hacer daño a la vista, lo hacen a la imagen de las ciudades a las que hay que cuidar no solo manteniendo el aspecto de los jardines y los monumentos históricos, sino de su componente principal que son las personas. La convivencia es un pacto que dicta unas normas a las cuales todos tenemos que ajustarnos. Y deben tener también en cuenta el sentido ético y estético. No da lo mismo pasearse en bañador o vistiendo con una falta clara de la decencia más elemental, que casi siempre puede catalogarse en el apartado de la ordinariez y el mal gusto.

Detrás de estas actitudes, además del concepto equivocado de libertad, hay una muestra de mala educación y una de falta de respeto a los demás. La moda, con el decoro en la cuerda floja, tiene también una misión educativa que consiste en enseñar a vestir de la forma adecuada para cada ocasión sin quitar a nadie la legítima aspiración de querer un mundo en el que el buen tono, la estética y la decencia tengan también su lugar.

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, es una falta de respeto absoluta. Es verdad que la moda tiene también una misión educativa, se olvida a menudo.
    Me alegro de leer este artículo, muchas veces siento vergüenza ajena cuando voy por la calle.
    El decoro parece que no está de moda, es muy triste presenciar la "chabacanería ambiental".
    Gracias,me ha encantado.
    Un beso.

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    1. Es tarea nuestra combatir la chabacanería. Se puede ir divina y elegante sin necesidad de ir enseñándolo todo.
      Me alegro de que estés de acuerdo, Rosa.
      Besos.

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  2. Suscribo todo lo que dice.

    No sé a dónde vamos a llegar con la excusa de que hace calor pero da vergüenza ajena, como decía Rosa, ver a algunos hombres y mujeres por la calle.

    La culpa es de todos, de los que lo hacen y de los que no nos quejamos públicamente de que lo hagan.

    ¿Libertad para ir desnudo? Caballero, señorita, su libertad empieza donde termina la del resto y nosotros no queremos ver todo su cuerpo, por muy hermoso que usted lo considere.

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    1. Creo que tiene mucho que ver con desconocer la esencia de lo que somos, es decir, hijos de Dios. Y como consecuencia, hay algo de sagrado en el cuerpo. La guarda de la intimidad tiene mucho que ver con la finura de alma. Pero comprendo que mucha gente no lo entienda, porque se ha desacralizado todo.

      Las mujeres tenemos mucha responsabilidad en este tema, primero cuidando la dignidad de nuestro cuerpo, y después en la educación de lo hijos. Es un tema en el que nos tenemos que exigir mucho.

      Muchas gracias por tu comentario, Clo.

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