“¡Oh,
hermosísima entre todas,
sal
tras las huellas de tus corderos y apaciéntalos”.
(Cantar
de los cantares, I, 7)
Mas,
¿qué, te quedarás así, serena,
en
tu impasible y solitaria altura,
sola
entre todas, entre todas Pura,
a
nuestro mal y a nuestro llanto ajena?
¿Te
encerrarás en tu DE GRACIA LLENA,
Vaso
de nardo, Estrella de hermosura,
cuando
a tus mismas plantas, ¡ay! fulgura
el
rayo que a exterminio nos condena?
Sin
nuestra noche triste no serías
la
Aurora Tú: tan alta, ¡oh Inmaculada!,
te
alzan nuestras miserias y agonías.
Y
pues de Adán la estirpe desdichada
suyas
hace tus regias primicias,
haz
Tú, en retorno, tuya nuestra nada.
Genaro
Xavier Vallejos, (1891-1991).
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José Joaquín Magón: Mater Pulchrae dilectionis. |
A petición unánime de las Cortes Generales Españolas, el rey
Carlos III solicita a la
Santa Sede que la
Inmaculada Concepción de María sea proclamada
Patrona de España.
“Declaramos y definimos que es doctrina revelada por Dios, la que sostiene que la Beatísima Virgen María en el primer instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente y en previsión de los méritos de Jesucristo, fue preservada e inmune de todo pecado original”.