Alice Havers: María ponderaba todas esas cosas en su corazón, 1888. |
III Cantiga
Eres madre del pan, eres un cuenco
de leche hospitalaria, bien caliente;
eres humildemente la cerilla
que alumbra un apagón
de cuatro siglos;
eres la venda justa, eres paisana
de todo lo que amo.
La caricia
candeal de tus manos disuade cada lágrima
que congelada baja pecho adentro.
No me niegues a mí tu voz, la chimenea
de todos los viajeros del invierno.
Miguel d'Ors
Pero ¡qué bonito!, es maravilloso...
ResponderEliminar¡Gracias!
Precioso, pero lo maravillo es que es real: es Madre.
EliminarBesos, Rosa.
Es un canto a la esperanza y al amor de la Madre. Calienta el corazón y nos proporciona paz y alegría.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Eso es: calienta el corazón.
EliminarUn abrazo, Begoña.
Precioso poema! y como bien dices , real!
ResponderEliminarGRACIAS a tí, porque así he podido conocer tu estupendo blog! y encantada de poder ayudarte!
Muy ciertas las reflexiones de Coco Chanel.
Me ha gustado la foto de la cabecera del blog, me gustaria saber de qué ciudad se trata.
Besitosss.
Muchas gracias, Golonsegus. Ya te contaré qué tal me sale el bacalao.
EliminarLa foto es de París, la Isla de san Luis, con la catedral de Notre Dame al fondo.
Gracias por tu visita.
Un abrazo.
Gracias por la info. desde ésta toma, no habia recococido Notre Dame. Precisamente hace unos dias, estuvo mi hija en París y se ha hecho fotos en Notre Dame.
EliminarHe estado dando una vuelta por tu blog, cuanta belleza en tus entradas...visual e intelectual.
Besitosss
Muchas gracias, Golonsegus, eres muy amable.
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