Jacob C. van Oostsanen: La Virgen y san Juan, 1520 |
Mujer llama a su Madre cuando expira,
porque el nombre de madre regalado
no la añada un puñal, viendo clavado
a su Hijo, y de Dios, por quien suspira.
Crucificado en sus tormentos, mira
su Primo, a quien llamó siempre «el Amado»,
y el nombre de su Madre, que ha guardado,
se le dice con voz que el Cielo admira.
Eva, siendo mujer que no había sido
madre, su muerte ocasionó en pecado,
y en el árbol el leño a que está asido.
Y porque la mujer ha restaurado
lo que sólo mujer había perdido,
mujer la llama, y Madre la ha prestado.
Francisco de Quevedo
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Adam Elsheimer: Pietà, 1603 |
Gracias. Es precioso.
ResponderEliminarFeliz Jueves Santo.
Un beso.
Precioso poema e imágenes!
ResponderEliminarUn abrazo!