Tu rostro, que aparece -un relámpago- y que
desaparece. Muero buscando entre palabras
apagadas un ascua de verdad que ilumine
un instante ese rostro. Haberlo casi visto
-un reflejo en el río- y vivir solamente
para volver a verlo. Que aparece -un relámpago-
y que desaparece. Qué dolor y qué gozo
este mover palabras, materia que se cierra
con espesor de piedra sobre Tu luminosa
permanencia, o que logra un destello, o siquiera
nos permite ese leve temblor de Tu inminencia
bajo la piel de un verso. Es esto la poesía:
buscar en las palabras, con las palabras, contra
las palabras Tu rostro, que aparece -un relámpago-
y que desaparece.
Miguel d'Ors
¡¡¡Qué maravilla!!! No conocía este poema. Me encanta. Y la imagen ¡preciosa!
ResponderEliminarGracias, amiga.
Un beso. Feliz fin de semana.
Gracias, Rosa. Igualmente. Buen finde.
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