sábado, 2 de febrero de 2013

Cántico de Simeón

He aquí, había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre era justo y piadoso; esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él. A él le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes que viera al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, entró en el templo; y cuando los padres trajeron al niño Jesús para hacer con él conforme a la costumbre de la ley, Simeón le tomó en sus brazos y bendijo a Dios diciendo:

Rembrandt: Presentación de Jesús en el templo.

Ahora, Señor, según tu promesa, 
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, 
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones 
y gloria de tu pueblo Israel. 
  
(Lc 2, 25-32)

Aert de Gelder, (1645–1727): Cántico de Simeón.

6 comentarios:

  1. ¡Qué bien leer este cántico!, y de un hombre justo y piadoso, como Simeón. Muy bonito.

    Gracias. Un beso.

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  2. Luz para alumbrar a las naciones.


    Este cántico es precioso, lleno de gozo Simeón por haber visto al Salvador.

    Un abrazo enorme Quartier, ya os estaba echando de menos.

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  3. Aunque he seguido leyendoos eh, pero desde el móvil y desde ahí ni comento ni posteo...o lo hago poco (y mal, qué nerviosa me pone!).

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    Respuestas
    1. ¡Qué sorpresa, Clo! Yo sí que te echaba de menos. Deduzco que estás sin pc.
      Entiendo lo que dices del móvil, porque también estoy haciéndome a él y no me gusta nada.
      Espero que estéis todos bien.
      Besos.

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    2. Estamos muy bien, gracias a Dios. Y gracias a ti por tu interés.

      Un abrazo!!

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