Querido Presidente: te escribo con la seguridad de que te preocupas de verdad por las cosas importantes que caen bajo tu responsabilidad. El motivo es la reciente STC sobre la ley de 2005 que suprimió el matrimonio, para equipararlo a las uniones de personas del mismo sexo. Como sabes, esta sentencia afirma que la opción legislativa de 2005 es constitucional, pero tan constitucional como la vigente hasta ese año. Es decir, según el TC, corresponde al legislador decidir en esta materia.
Sé, porque tú lo has dicho públicamente, que en tu opinión la mejor opción normativa, la más justa, es reservar el matrimonio para la unión hombre-mujer, regulando en paralelo las situaciones creadas al margen de la específica estructura matrimonial. Sé que das tanta importancia a esta cuestión que visitaste a Zapatero para proponerle esta solución. Sé que apoyaste el recurso de inconstitucionalidad contra la ley de 2005 en plena coherencia con tus convicciones personales.
(...) Te escribo porque, atendidos tus pronunciamientos públicos previos en la materia y la postura del PP en el Parlamento en 2005, conociendo el sentir de esa mayoría social que está comprometida con el matrimonio y creía de buena fe que el PP representaba políticamente esta opinión favorable al matrimonio, me siento -nos sentimos muchos- profundamente desconcertado y decepcionado por la postura inicialmente expresada por tu Gobierno de dar por intocable la ley de 2005 una vez que el TC se ha pronunciado. (...) Me parece poco responsable escudarse en el TC para no mojarse en tema tan importante, cuando éste lo que ha dicho es que quienes tienen que decidir son los legisladores.
(...) En otras áreas de gobierno estás demostrando una admirable independencia de criterio frente a los grupos de presión y un encomiable compromiso con el interés general al margen de cálculos cortoplacistas sobre el impacto de tus decisiones en la opinión publicada y en los resultados electorales. Por eso, no entiendo que en el tema del matrimonio, y sin explicación alguna, abanderes ahora las posiciones de Zapatero que tanto criticaste hace muy poco tiempo.
(...) Por todo lo anterior, te escribo esta carta pública: para pedirte que seas leal a tus convicciones públicamente manifestadas en diversas ocasiones y promuevas el restablecimiento del matrimonio en nuestras leyes.
(...) En caso de no atender mi petición porque hayas cambiado de opinión sobre estas cuestiones, te solicito que nos expliques a todos públicamente las razones de tu cambio de criterio para que podamos valorar tus motivaciones. Creo que lo que te pido entra dentro de la más elemental lealtad entre gobernantes y gobernados, entre electores y elegidos; y por ello estoy seguro de que atenderás mi petición.
Con el afecto de siempre, recibe un abrazo.
Sé, porque tú lo has dicho públicamente, que en tu opinión la mejor opción normativa, la más justa, es reservar el matrimonio para la unión hombre-mujer, regulando en paralelo las situaciones creadas al margen de la específica estructura matrimonial. Sé que das tanta importancia a esta cuestión que visitaste a Zapatero para proponerle esta solución. Sé que apoyaste el recurso de inconstitucionalidad contra la ley de 2005 en plena coherencia con tus convicciones personales.
(...) Te escribo porque, atendidos tus pronunciamientos públicos previos en la materia y la postura del PP en el Parlamento en 2005, conociendo el sentir de esa mayoría social que está comprometida con el matrimonio y creía de buena fe que el PP representaba políticamente esta opinión favorable al matrimonio, me siento -nos sentimos muchos- profundamente desconcertado y decepcionado por la postura inicialmente expresada por tu Gobierno de dar por intocable la ley de 2005 una vez que el TC se ha pronunciado. (...) Me parece poco responsable escudarse en el TC para no mojarse en tema tan importante, cuando éste lo que ha dicho es que quienes tienen que decidir son los legisladores.
(...) En otras áreas de gobierno estás demostrando una admirable independencia de criterio frente a los grupos de presión y un encomiable compromiso con el interés general al margen de cálculos cortoplacistas sobre el impacto de tus decisiones en la opinión publicada y en los resultados electorales. Por eso, no entiendo que en el tema del matrimonio, y sin explicación alguna, abanderes ahora las posiciones de Zapatero que tanto criticaste hace muy poco tiempo.
(...) Por todo lo anterior, te escribo esta carta pública: para pedirte que seas leal a tus convicciones públicamente manifestadas en diversas ocasiones y promuevas el restablecimiento del matrimonio en nuestras leyes.
(...) En caso de no atender mi petición porque hayas cambiado de opinión sobre estas cuestiones, te solicito que nos expliques a todos públicamente las razones de tu cambio de criterio para que podamos valorar tus motivaciones. Creo que lo que te pido entra dentro de la más elemental lealtad entre gobernantes y gobernados, entre electores y elegidos; y por ello estoy seguro de que atenderás mi petición.
Con el afecto de siempre, recibe un abrazo.
Muy bien.
ResponderEliminarGracias.
¿Nuevo look? Me gusta.
Un beso, amiga.