viernes, 8 de marzo de 2013

Mujer

Morgan Weistling: Besando el rostro de Dios.


Cuando la mujer mira a María, el mundo se humaniza; la humanidad se dignifica. No hay más. Ahí reside el secreto de la verdadera “liberalización de la mujer”.

Flaco favor nos ha hecho el  movimiento feminista histórico. Desde finales del siglo XVIII existe una lucha incesante por instaurar la idea de la mal llamada y mal entendida igualdad entre hombres y mujeres que hoy, a comienzos del siglo XXI, nos ha llevado a anular la esencia femenina. Hombres y mujeres somos iguales, sí, iguales en dignidad. En la dignidad que  nos confiere ser hijos de Dios. Y gracias a Él, distintos en muchos aspectos: físico, psicológico, biológico…

Si alguna institución es consciente del valor fundamental que tenemos las mujeres en la sociedad, esa es la Iglesia Católica. Jesús de Nazareth es el primero que da a la mujer el valor que se merece. Para empezar, de los infinitos modos que Dios podría haber elegido para  redimirnos, quiso hacerlo encarnándose en el vientre de una mujer.

Es en las mujeres en quién Jesús se apoya tantas veces, no hay más que leer los evangelios. Son las mujeres las que permanecen al pie de la cruz en el momento de la crucifixión. Y es a una mujer a quien primero le revela Jesús que ha resucitado. 

A lo largo de la historia tenemos cientos de ejemplos de instituciones cristianas cuyos miembros han dejado su vida en tierras de misión o zonas desfavorecidas, poniendo sus talentos y formación al servicio de la capacitación de la mujer para que puedan ser independientes social y económicamente. La formación es libertad.

En la Virgen María tenemos el modelo de mujer. Y el demonio lo sabe, por eso la odia, y de ahí el afán de destruir en nosotras todo lo que pueda hacernos similares a Ella. Corrientes culturales, el mundo de la moda, nos empujan a alejarnos de todo aquello que nos es intrínseco, haciéndonos caer por una pendiente, hasta el punto de que todo lo bueno y bello es denostado. Algunos incluso, llegan a utilizar la palabra Virgen como un insulto. Y la sociedad ha picado el anzuelo.  

Se nos ha pretendido engañar, ofreciendo como liberalizador la elección de tener o no hijos y el momento en que debe hacerse. Arrancando algo tan esencial a la mujer como es la maternidad. Políticas antinatalistas y cultura de muerte ofrecen como normal algo tan antinatural como es cegar la fuente de la vida o terminar con ella.
  
Hoy, que se celebra el día internacional de la mujer, y porque quiero ser verdaderamente libre, le pido a María, -nuestra Madre-, que todas sepamos parecernos a Ella.

© Pilar M-T Vidal.

8 comentarios:

  1. Qué bonito te ha salido el post. Me quito el sombrero.

    SOmos iguales en dignidad de hijos de Dios, ahí está la igualdad, que viene del Creador. Todo lo demás es palabrería y un engaño del maligno para, como dices, alejarnos del modelo de María.

    Gracias por esa oración a María, yo también se lo pido.

    Un abrazo!

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  2. Desde luego todos debemos intentar parecernos a la Virgen María, a mi tampoco me gusta la mal llamada igualdad entre hombres y mujeres, quitando ante la ley está claro que hombres y mujeres somos distintos. Me encanta el retrato de la Virgen María con el Niño Jesús, no puede ser más bonita y llena de ternura. Preciosa. Un abrazo por tus reflexiones.

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    1. Gracias nube. A mí tampoco me gusta que se manipule y deforme la realidad según convenga a intereses político-sociales.
      Un abrazo.

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  3. Gracias. Preciosa reflexión y completamente de acuerdo.

    Un beso.

    ¡Feliz día!

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  4. Estoy plenamente deacuerdo contigo, dicho por un hombre, no hay mayor realidad que hombre y mujer somos iguales en dignidad y distintos en humanidad. María es el ejemploa aseguir por la cristiandad y muy especialmente por la mujer. Hoy se intenta anular a la mujer como ser creador y portador de vida, cabeza de familia, columna vertical de hijos y esposo, centro en el que gira una sociedad, su feminidad y su ternura, su cariño... para convertir a la mujer en hombres, especialmente en lo malo del hombre. Un abrazo

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  5. Muchas gracias por tu reflexión. Tienes mucha razón en lo q dices. Gracias

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  6. Muchas gracias por tu reflexión. Tienes mucha razón en lo q dices. Gracias

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