sábado, 30 de marzo de 2013

Noli me tangere!

Lavinia Fontana
«Y se volvieron otra vez los discípulos a su casa. Pero María estaba fuera, llorando junto al sepulcro. Y estando así llorando, se abajó, y miró hacia el sepulcro: y vio dos Ángeles vestidos de blanco, sentados; el uno a la cabecera y el otro a los pies, en donde había sido puesto el cuerpo de Jesús.
Y le dijeron:
- “¿Mujer, por qué lloras?”.
Díceles: 
- “Porque se han llevado de aquí a mi Señor, y no sé dónde le han puesto”. 

Y cuando esto hubo dicho, se volvió a mirar atrás, y vio a Jesús que estaba en pie: mas no sabía que era Jesús. Jesús le dice: 
- “¿Mujer, por qué lloras? ¿a quién buscas?”.
Ella, creyendo que era el hortelano, le dijo: 
- “Señor, si tú le has llevado de aquí, dime en dónde lo has puesto, y yo le llevaré”. 
Jesús le dice: 
- “María”. Vuelta ella, le dice: “Rabbuní” (que quiere decir Maestro). 
Jesús le dice: 
- “No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios”. 

Vino María Magdalena dando las nuevas a los discípulos: “Que he visto al Señor, y esto me ha dicho”». (Jn 20,10-18)

El arte sacro ha servido a lo largo de los siglos para llevar las Sagradas Escrituras a todo el mundo. Hay obras que captan poderosamente la atención por su interpretación de los hechos o por cómo se detienen en detalles que a veces pasan desapercibidos en una simple lectura.

En estos versículos, María Magdalena cree en principio, confundida y perpleja, que quien se dirige a ella es un hortelano. Pero le basta escuchar una vez más su nombre de Aquel por quien ha dejado su vida pasada para darse cuenta de que es Él. Se ha cumplido la promesa.

Y vemos como son muchos los artistas que han querido reflejar esa confusión inicial de María Magdalena, plasmando en sus lienzos, no sólo un hortelano, sino todos los frutos de una huerta:

Jan Brueghel El joven: Noli me tangere, 1630.

Willem Forchont: Noli me tangere.

Abraham Janssens: Noli me tangere.

Incluso algún pintor manierista se atreve a situar la acción en un jardín versallesco:

Lambert Sustris, (1515–1591): Noli me tangere.

4 comentarios:

  1. Mi felicitación y reconocimiento por ese excelente trabajo de selección de pinturas que tanto ayudan a difundir el Evangelio.

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  2. ¡Qué bonito! ¡Qué bonito!, es verdad, no hay pasaje del Evangelio que no esté representado en el arte, y tú das buena cuenta de ello siempre en este cuidado, profundo, bello y magnífico blog.

    Gracias por ofrecer siempre belleza y profundidad. Este blog es un lujo. GRACIAS.

    Un beso muy grande.

    ¡Feliz Pascua!

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    1. Eres muy amable, Rosa. Muchísimas gracias a ti, amiga.
      ¡Feliz Pascua!

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