jueves, 29 de abril de 2010

La confesión cambia vidas

Leonardo Mondadori

Sin llegar al extremo de las conversiones en el lecho de muerte, la edad madura, cuando se hace balance de la experiencia acumulada, puede ser otra oportunidad para Dios. Es lo que le ocurrió al Jesús Polanco italiano, Leonardo Mondadori, Presidente de la editorial del mismo nombre, una de las más importantes de Italia. Providencialmente, se reconcilió con la Iglesia en 1994, dos años antes de que le fuera diagnosticado el cáncer de páncreas que acabó con su vida en 2002.

Cuenta la historia Giuseppe Corigliano, Director de la oficina del Opus Dei en Italia y amigo del editor: después de que Mondadori editara Camino, de san Josemaría Escrivá, «me dijeron que Leonardo Mondadori quería reunirse conmigo porque sentía curiosidad por la temática de Camino. Fui encantado y encontré a un señor simpático y muy vivaz que quería dar vida a un filón cultural que fuese en dirección opuesta» al modelo imperante, jacobino-libertino. «Le gustaba el tema de la santificación del trabajo, aunque, en homenaje a la cultura laica imperante, optamos por llamarla ética del trabajo. Tenía coraje y deseo de hacer cosas. Al mismo tiempo, permanecía un poco cerrado porque advertía que su estilo de vida no era del todo justo. Su vida se había complicado con dos divorcios y era, como poco, desordenada».

Don Giuseppe subraya que «es bello cuando un laico colabora con un sacerdote para acercar un alma a Dios. Se debe superar el muro sacramental, es decir, la Confesión. Cuanto antes empiece a confesarse, más rápido será su progreso espiritual». Por ello, un día, mientras comían, se ofreció a presentarle a don Leonardo a un sacerdote. Don Umberto de Martino, el elegido, «era delicado y exigente al mismo tiempo. Yo también lo frecuentaba. Le precisé a Leonardo: Mira que no es un tipo que haga rebajas. Si no te sientes cómodo, te recomiendo otro».

«Leonardo encontró en él -continúa don Giuseppe- la claridad del mensaje cristiano sin rebajas ni atenuaciones. Creo que lo más determinante en su conversión fue la decisión de ser sincero en la confesión. Llamar a la virtud, virtud, y al pecado, pecado, fue lo que le gustó y le hizo cambiar. Evidentemente, era la gracia de Dios. Mes tras mes, lo encontré cada vez más contento y con más ganas de hacer cosas. También aumentó la confianza y no escondía nada de su vida».

Leonardo Mondadori tuvo aún la oportunidad de hacer mucho bien: «Con él, la editorial Mondadori resultaba casi una familia. Y dio un testimonio bellísimo en su ambiente milanés de la alta burguesía, rica y despreocupada. Su cambio impresionó a muchos». 
Su deseo de hacer cosas se tradujo en varias aportaciones al mundo editorial: editó un libro sobre el Opus Dei de Vittorio Messori; otro sobre el matrimonio para preparar a los jóvenes y evitarles el sufrimiento que supusieron para él sus dos fracasos matrimoniales; y, sobre todo, Cruzando el umbral de la esperanza, el libro-entrevista a Juan Pablo II, también de Messori. Fue este mismo autor el que colaboró con Mondadori para publicar el relato de su conversión, pocos meses antes de su muerte.

domingo, 25 de abril de 2010

¿Dónde estás?

Se hacen mayores estos canallas, pero siguen molando.



...O será que nos hacemos mayores con ellos...

sábado, 24 de abril de 2010

Fue en otoño


Llegaste en primavera, y en otoño - de modo imperceptible- te habías ido. No sé como he podido crecer sin ti. Dicen que nos parecemos. Y es que no saben que me dajaste tu brújula.
Te imagino con la mejor paleta, ahora que conoces la fuente del color. Por favor, píntame Su  mirada y dile que me haga de faro. 
Cuando nazca a la Vida, sal con Ella a buscarme al puerto.


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jueves, 22 de abril de 2010

Emulando el Tercer Reich

Mar Velasco en La Razón

El ministro de Hitler lanzó la operación en 1937 cuando Pío XI publicó la encíclica contra la ideología nazi.

MADRID- El intento de descalificar a la Iglesia católica a escala internacional a través de acusaciones de inmoralidad y pedofilia a los sacerdotes es un viejo recurso. Así lo demuestran los documentos que el jefe de contraespionaje militar alemán, Whilelm Canaris, hizo llegar al Papa Pío XII, antes de ser colgado por intentar asesinar a Hitler en 1944.

Todo comienza el 10 de marzo de1937, con la publicación de la encíclica de Pío XI «Mit brennender Sorge» (en alemán, «Con ardiente inquietud», dirigida a los prelados alemanes) en la que el Papa condenaba abiertamente la ideología nazi. La encíclica se leyó en todas las iglesias del país y el entonces ministro de Propaganda del régimen, Joseph Goebbels, lanzó una única réplica pública y comenzó a trabajar en la sombra. A finales de ese mismo mes, el Ministerio de Propaganda lanza la campaña contra los abusos sexuales de sacerdotes, que llevó al arresto de más de 300 curas y religiosos en 1937, de los cuales finalmente fueron condenados 21–algunos bajo falsa acusación– y enviados a campos de exterminio.

Antes de la encíclica, se dieron en Alemania algunos casos de abusos a menores. Los casos –pocos, aunque reales– habían determinado una firme reacción en el episcopado y con las severas medidas tomadas en su día, los obispos alemanes habían atajado el problema. Pero la campaña se puso en funcionamiento.

Lo cuenta Massimo Introvigne, sociólogo italiano, en el diario «Avvenire»: en 1937 el jefe del servicio de contraespionaje militar alemán es el almirante Wilhelm Canaris (1887-1945). Canaris, que desaprobaba las maniobras de Goebbels contra la Iglesia, encargó al abogado católico Josef Müller llevar a Roma una serie de documentos secretos sobre el asunto. Müller llevó los documentos secretos a Pío XII, Papa desde marzo de 1939.

Con la aprobación de la Secretaría de Estado, las investigaciones sobre el complot nazi contra la Iglesia fueron confiados al jesuita alemán Walter Mariaux, por aquel entonces misionero en Argentina. En 1940, Mariaux publicó en Londres y en Buenos Aires, con el seudónimo «Testis Fidelis», dos volúmenes sobre la persecución anticatólica en el Tercer Reich: más de 700 páginas que prueban que fue la encíclica de Pío XI la que determinó la campaña.

Mariaux lo prueba publicando unas instrucciones detalladísimas enviadas por Goebbels a la Gestapo unos días después de la publicación de la «Mit brennender» en las que ordena encontrar testimonios que acusen a un determinado número de sacerdotes, amenazándolos con arresto inmediato si no colaboran. Pero llama la atención sobre todo la invitación a los periodistas a reabrir los casos del 37 y también episodios más antiguos, reproponiéndolosa la opinión pública para que ocupen las portadas de los periódicos.

Un caso de «pánico moral»

La expresión «pánico moral» fue acuñada por los sociólogos en los años 70 para identificar una alarma social que se crea amplificando hechos reales y exagerando su número, «descubriendo» y presentando como «nuevos» unos hechos ya conocidos y pasados. En la base hay sucesos reales, pero las cifras se distorsionan. Aún sin saber nada de sociología moderna, Goebbels respondió a la encíclica «Mit Brennender Sorge» con una operación de manual de creación de «pánico moral».
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domingo, 18 de abril de 2010

Presupuestos culturales del aborto



Por Alejandro LLano en ElConfidencialDigital.com

El principal presupuesto cultural de la imposición del aborto es el materialismo. Si los humanos somos fragmentos sofisticados de carne, se puede hacer de todo con ellos.

¿Aquí no ha pasado nada? Sí, sí que ha pasado: algo gravísimo. El Senado acaba de aprobar la nueva ley del aborto que implica la tolerancia casi completa de la liquidación de niños no nacidos. No procede asumirla como el que se bebe un vaso de agua. Lo que nos tenemos que tragar es veneno, que no sólo hará daño a quienes liquiden a víctimas inocentes, sino a todos nosotros.

Quienes han gestado la ley, y la han presentado engañosamente, son los que nos gobiernan por elección del pueblo soberano. Algo falla entre nosotros. Algo huele a podrido. España es el país más permisivo del mundo en sexualidad y familia: el país en el que se autorizan prácticas más crueles, que se fomenta a través de un adoctrinamiento insidioso acerca de la afectividad y el sexo para alumnos que apenas han llegado a la adolescencia.

¿Qué visión del hombre abrigan estos maestros de la muerte? Son sujetos ignorantes de la dignidad humana. Tergiversan el respeto a la persona en todas las fases de su existencia. Piensan, por ejemplo, algo tan filosóficamente grosero como que la identidad depende de la continuidad espacio-temporal. Al estar el feto unido al cuerpo de la madre, cabe desprenderse de él igual que se extirpa un tumor.

Los abortistas son anti-vida. También defienden la eugenesia y la eutanasia. Representan la antítesis, en un punto esencial, de las libertades democráticas. ¿Cuál es, entonces, la actitud de los presuntos proLife? La propia de millones de personas que apenas han movido un dedo para oponerse al gran atropello. Pero ¿no han organizado una manifestación? Sí ¿y qué? ¿Pensaron en algún momento que bastaba con que unos cuantos salieran cierto día a la calle? No, no bastaba, y todos lo sabían. Pero escondieron la cabeza bajo el ala. Como no veían, soñaron que tampoco los otros verían su blandura y falta de ideas.

El principal presupuesto cultural de la imposición del aborto es el materialismo. Si los humanos somos fragmentos sofisticados de carne, se puede hacer de todo con ellos. Y tampoco procede argumentar intelectualmente para defenderlos; porque la razón no es lo que más se valora en estos pagos. Ahora somos todos liberales y economicistas. Lo que importa es la riqueza y la libertad para mover el dinero de un lado para el otro. Lo demás es metafísica, es decir, pérdida de tiempo. Pero ¿qué sucedería si la metafísica fuera, al cabo, lo que inclinara las decisiones hacia un lado o hacia otro? Pasaría quizá lo que está sucediendo. La visión del mundo que se acabaría imponiendo sería la de quienes mantienen que la fuerza viene de abajo, que no hay más ética que el pragmatismo y que no existen diferencias esenciales entre un ser humano y una mascota.

La imagen del mundo bajo la que el aborto se acepta sin apuros es la que considera que la realidad forma un todo, en el que no hay distinciones radicales ni distintos niveles. Es lo que, más sofisticadamente, se denomina holismo o totalismo. El todo informe es uno. Hay que proteger el medio ambiente y evitar que una especie depredadora, como son los humanos, ataque y destruya espacios naturales. A lo más que se debe llegar en cuestión de espiritualidad es a la suavidad tontorrona tipo new age. Ante todo, es preciso evitar la agresividad. Nada de películas en las que se planteen problemas con hondura humana o radicalidad moral. Lo más conveniente para chicos y grandes es la animación, en la que proliferan niños ingenuos y monstruos bondadosos. Tampoco está mal el género de ensalzamiento de la violencia, siempre que sea tipo tecno y acabe bien. Debe evitarse a toda costa el uso de libros.

La resignación y la docilidad, junto con un conformismo que no provoque crispaciones, componen un estado de ánimo civilizado y abierto, libre de prejuicios, en el que las injusticias se ocultan y los fetos se tiran a la basura. El sacrificio de los infantes es una metáfora y un anuncio de las muertes cerebrales y morales de casi todo un pueblo.

Estamos tocando el fondo. Para actuar de manera diferente, resulta imprescindible pensar de otro modo. O, simplemente, pensar. Porque lo más grave, tras las agresiones sufridas, es que aún no nos paramos a pensar.
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jueves, 15 de abril de 2010

La conversión de una actriz

Karyme Lozano, actriz y cantante mejicana, divorciada y madre de una hija, ha confesado que hace unos meses regresó a la religión católica y ahora, por haber recibido a Cristo otra vez en su vida, ha rechazado actuar en telenovelas que fomenten la promiscuidad, la infidelidad o la violencia. Karyme ha comentado que se ha reencontrado con Dios, tras haber pasado la difícil experiencia de perder a su padre, víctima del cáncer. “Creo que mi papá intercedió por mí ante Dios, porque a raíz de eso fue que empezó la conversión que ha provocado un cambio tan fuerte y tan radical en mi vida, al punto de ahora considerarla ‘antes y después de Cristo’”. Lozano afirma que tras este nuevo acercamiento con la religión, ella ha cambiado su manera de ser y pensar.

Y si antes Karyme se burlaba del voto de castidad, hoy lo entiende y lo aplica a su vida. “Antes yo tenía la mente abierta, no veía problemas en mantener relaciones sexuales con mis novios, pero ahora entiendo que mi cuerpo es mi templo. Ahora practico la castidad porque he descubierto lo hermoso que es entregarse a alguien después del matrimonio”, asegura. Y afirma tajante que se arrepiente de su imagen sexy y de su trabajo actriz. “Me arrepiento de todo lo que he hecho como actriz, pero entiendo que no fue por maldad, fue por ignorancia”.

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miércoles, 14 de abril de 2010

No se debe banalizar la vida

Foro Andaluz de la Familia (12.04.10).- El Foro Andaluz de la Familia responde al Presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, por sus declaraciones en las que quita importancia a los descuentos para abortar con el “carnet joven”.

El Presidente del Foro Andaluz de la Familia, Federico Die, señaló: “Nos preocupa que el Presidente de la Junta vea como normal, esta situación, nos parece una irresponsabilidad. Con esa actitud, Griñán se une a la cultura de la muerte que propugnan los negocios de los centros abortorios”. Y añadió: “Se oferta la sexualidad irresponsable, mientras que en muchísimos casos, detrás de un aborto hay una actitud machista y una mujer que sufre una tragedia. Sola. Y con consecuencias vitales para las niñas en su vida afectiva y sexual y también en su salud psíquica. No se entiende esto, cuando la Junta de Andalucía se erige teóricamente en defensora de la mujer. Eso es una grave incoherencia”.
“No se debe frivolizar ni banalizar con estos asuntos, poniendo el aborto “de oferta”, porque, los frutos de ese camino terminan en un desprecio por la vida y desencadena procesos violentos difíciles de corregir. El presidente Griñán debería dar las correspondientes explicaciones a las mujeres que están embarazadas y que tienen problemas personales. ¿Es el aborto la única solución que tiene para ellas la Junta de Andalucía?”, dijo Federico Die.

“Sería mas positivo que la Junta de Andalucía promoviera valores y ayudas para las jóvenes embarazadas, como ya está ocurriendo en otras regiones de España y en otros países. Debería colaborar en la creación de una cultura de la vida, de la promoción de la maternidad, del apoyo a la mujer embarazada en cada rincón de Andalucía. Sería una incongruencia social, incluso económica, invertir en aborto y no invertir en maternidad”, concluyó el Presidente del Foro Andaluz de la Familia, quien aprovechó para pedir al Parlamento de Andalucía que reconsidere, y ponga en marcha, la iniciativa legislativa presentada en el mismo con la firma de más de 93.000 andaluces, por una “red de apoyo a la mujer embarazada”.


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Cuéntame un cuento

¡Pá habernos matao!

lunes, 12 de abril de 2010

Jesucristo en el cine

Es uno de los últimos libros que he leído y me ha gustado  mucho.
Os invito a ver este entrevista a su autor:



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domingo, 11 de abril de 2010

Abortos low cost

La ministra Bibiana ya nos había anticipado que abortar es algo tan banal como ponerse tetas; ahora descubrimos que abortar puede ser tan ventajoso como ir al cine en el día del espectador o a unos grandes almacenes en la semana mágica. Según nos informa Erika Montañés, varios mataderos infantiles de Andalucía ofrecen descuentos del veinte por ciento a las jóvenes que, a la hora de abortar, exhiban el carné joven que expide el Instituto de Juventud de la Junta; y no nos extrañaría que algo similar ocurra pronto, o esté ocurriendo ya, en otras comunidades autónomas. El crimen del aborto, que la última ley ha encumbrado al rango de bien jurídico protegido, se convierte así en un bien de consumo, regido por los reclamos publicitarios que estimulan la demanda.


Vemos aquí los efectos implacables de lo que Hannah Arendt llamaba la «banalidad del mal», fenómeno que florece cuando las personas «normales» dimiten de su racionalidad ética, hasta hacer de sus crímenes una trivial rutina. Arendt acuñó el término para referirse al caso de Adolf Eichmann, un estólido oficial nazi que se encargó de agilizar el transporte de judíos con la misma aséptica probidad con la que habría agilizado cualquier otro trámite burocrático. Eichmann no era un antisemita fanático, ni siquiera un ideólogo fervoroso: simplemente, se había «olvidado» de que los judíos fuesen seres humanos, adaptando su mente al «clima moral» de la época; y cuando sus superiores le pidieron que agilizase su traslado a los campos del Este actuó de modo idéntico a como lo habría hecho si le hubiesen pedido que agilizase el traslado al frente de mulas o de carros de combate. Para Eichmann, los judíos eran una masa indiscernible, piojosa y gemebunda, una informe agrupación de seres acaso vivos, pero en ningún caso humanos, como para la ministra Bibiana son los fetos; y, para organizar el traslado de ese «cargamento», se rigió por criterios estrictos de intendencia. En esto consiste la «banalidad del mal»: en cosificar a la víctima, para que su «eliminación» no plantee conflictos de conciencia; de tal modo que, una vez cosificada, su destino se nos antoje tan trivial como el de la mosca a la que rociamos con insecticida.

Y como los supermercados rebajan el precio de los insecticidas, para estimular la demanda, los mataderos infantiles abaratan el aborto; aunque, más cucos que los dueños de los supermercados, repercuten la rebaja sobre el contribuyente. A fin de cuentas, si el aborto es un derecho, ¿no es misión de las instituciones favorecer su ejercicio? Así se remueven los últimos escrúpulos que dificultan la «cosificación» del feto, haciendo del aborto algo tan tentador como las rebajas de enero, algo tan apetecible como la segunda copa gratis en una discoteca que celebra la fiesta de la camiseta mojada. Una vez que la vida gestante ha sido reducida a la categoría de excrecencia, algo así como un quiste sebáceo o una verruga peluda, eliminarla deja de plantearnos conflictos de conciencia; y nuestra preocupación se centra en que esa «eliminación» sea lo más barata posible. Y, para que este proceso maligno y banalizador sea más completo, el Instituto de la Juventud de Andalucía se preocupa de otorgar al aborto la misma consideración que a un concierto de rock, incluyéndolo en su repertorio de bicocas con descuento, como el fabricante de insecticidas se preocupa de enriquecer su producto con aromas que acaricien la pituitaria, otorgándole la mima categoría que a un ambientador. De este modo, abortar es como responder a una pulsión consumista o entregarse a un lúdico esparcimiento, como comprar ropa de marca en un outlet o pegarse un atracón en el bufé del desayuno de un hotel que hemos pagado con un bonochollo. Es la cultura del low cost al servicio de la banalidad del mal.

www.juanmanueldeprada.com
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sábado, 10 de abril de 2010

Alégrate, Reina del Cielo

Reina del Cielo, alégrate, aleluya.
Porque Aquel que mereciste llevar en tu seno, aleluya,
resucitó, según lo había dicho. Aleluya.
Ruega a Dios por nosotros. Aleluya.

V. Alégrate y goza, Virgen María. Aleluya.
R. Porque verdaderamente resucitó el Señor. Aleluya.
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miércoles, 7 de abril de 2010

Dos nuevos milagros de Juan Pablo II


Por Alex navajas en La Razón


«Miré la imagen de Juan Pablo II y, simplemente, me puse de pie». La frase no tendría mayor misterio si no fuera porque el que la pronunció, Joe Amaral, era paralítico desde hacía 30 años. Su historia la recogía el pasado miércoles la cadena norteamericana ABC News y se trata de uno de los dos posibles milagros atribuidos al anterior pontífice que han aparecido en la última semana. 

El otro es el del antiguo peluquero de Juan Pablo II cuando éste era aún cardenal. Gianni Vecchio se declaraba comunista confeso, algo que no impresionaba al Papa polaco. «No pasa nada, no te preocupes. Se ve que eres una persona buena», le contestaba. «Cuando entraba en la peluquería, siempre decía: “¿Cómo está mi comunista?”. "En otras ocasiones hablábamos de mi familia, de mis hijas», rememora Vecchio.

Tras una confesión

Pero volvamos al caso del estadounidense Joe Amaral. Feligrés asiduo de la parroquia de San Antonio de Padua, en New Bedford, arrastraba una parálisis desde su juventud. «Recuerdo verle con frecuencia con sus muletas, tratando de subir las escaleras de granito de la iglesia», ha explicado a ABC News su párroco, el padre Roger Landry. «Me conmovía al ver la gran fe que poseía», agrega.

Un sábado del año 2008, Amaral fue a confesarse con el sacerdote. «Algo ocurrió», rememora el feligrés. «El domingo por la mañana me desperté y me sentía diferente», explica. Físicamente se encontraba igual, «pero estaba lleno de una gran paz». «Sentí que, en ese momento, necesitaba rezarle a Juan Pablo II», añade. 
Cuando terminó, encendió la televisión y apareció un documental sobre el anterior pontífice. Nada más verle, sus 30 años de parálisis quedaron para el recuerdo. Fue inmediatamente a visitar a su médico. «Me puse frente a él y le entregué mis muletas. Durante cinco minutos permaneció mudo», afirma. El médico, que conocía perfectamente su historial, musitó: «No hay ninguna razón médica para explicarlo».

El caso de Gianni Vecchio ha ocupado muchas páginas de los rotativos italianos. En los años 70, uno de los asiduos clientes de su peluquería, ubicada cerca del Vaticano, era el cardenal Karol Wojtyla. Tras la muerte de Juan Pablo I, durante la elección del nuevo Papa, Gianni se encontraba en la plaza de San Pedro cuando el nuevo Papa salió al balcón de la basílica. Entonces reconoció la voz de uno de sus clientes. «Cuando le vi, grité: “¡Yo le conozco, le he cortado el pelo!”. "Fue un día muy alegre para mí».

Hace unos meses, a Vecchio le diagnosticaron una hernia discal. «Cuando entré en el hospital vi una foto de Juan Pablo II y Madre Teresa. Durante meses había sufrido dolores muy fuertes. Cuando me dieron los resultados, compararon dos resonancias y la hernia había desaparecido».
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jueves, 1 de abril de 2010

La primera Semana Santa de la historia

Es el libro perfecto para estos días: La primera Semana Santa de la Historia. Carlos Llorente, su autor hace un recorrido por las calles de la Jerusalén del año I d.C. intentando revivir las últimas horas de vida de Jesús.

Aficionado a las maquetas, Llorente reconstruye lo que que posiblemente fuese el monte Calvario, concretamente el lugar de la crucifixión y del santo Sepulcro
Basándose en investigaciones sobre la Sábana Santa y en estudios topográficos y arqueológicos llega a conclusiones que, si bien no están probadas científicamente, deben acercarse bastante a la realidad de los hechos que allí tuvieron lugar hace 2.000 años.

Ando inmersa en la lectura de este libro que os recomiendo vivamente. Si tienes fe, te ayudará a vivir estos días de Semana Santa; si no lo eres, te aportará conocimientos históricos.

Sin duda, el libro es un nuevo acierto de la editorial Homo Legens.
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