viernes, 30 de marzo de 2012

Viernes de Dolores


Madre, enséñanos a querer a tu Hijo como lo haces tú.


Que no te dejemos sola cuando te pasees por las calles de la ciudad.



Fotos de Guillermo Méndez, del blog http://rambladealfareros.blogspot.com.es/

sábado, 17 de marzo de 2012

Sin... vergüenza

Entre la mucha gente políticamente incorrecta, valiente y desvergonzada (en el buen sentido de la palabra) que tengo el gusto de ir conociendo a lo largo de mi vida (aunque sea virtualmente), se encuentra María Vallejo-Nágera. Ya he tenido ocasión de hablar de ella y de sus libros en el blog. Exquisita, educada y sin pelos en la lengua. Me gusta por su descaro para hablar de Dios, y de su Madre, y de todas las personas y cosas importantes que otros nos saben ver.
Hace unos días leí su columna en la revista Misión, y no me resisto a traerla aquí.

Proclamando a Cristo, proclamando mi fe 
NO HAY que tener vergüenza de amar y hablar de Cristo, querido lector. Ni siquiera en las situaciones mís extrañas... También a mí me tiemblan las piernas en algunas ocasiones, pero por pura gracia de Dios saco fuerzas y me tiro al ruedo. ¡Y me llevo cada santa sorpresa! Lea y asómbrese de lo que me pasó al respecto hace tan solo un mes durante un viaje a la ciudad de Nueva York: 

Mientras esperaba junto a dos muchachos la llegada del ascensor en el piso 59 de un hotel, caí en la cuenta de que uno de ellos me era familiar. Se trataba del joven nominado a varios Óscares Mark Wahlberg, modelo, actor y productor de películas tan taquilleras como El planeta de los simios, La tormenta perfecta o Boogie nights. Como soy amante del cine, había leído artículos sobre su persona y, tristemente, sabía que este joven tan admirado por millones de fans había tenido un pasado muy turbio. Había sido procesado 25 veces por delitos como hurtos, adicción a la cocaína, violencia racista, tentativa de asesinato y hasta por propinar una salvaje paliza a un joven vietnamita, a quien dejó tuerto. Fue encarcelado y cumplió una seria condena. Sin embargo, también oí que, por pura gracia de Dios, había experimentado últimamente un "leve" acercamiento a Dios, y que había hecho declaraciones muy hermosas: "Nada deseo más que encontrarme con aquel a quien dejé tuerto, pedirle perdón... Solo cuando comencé a hacer el bien al prójimo, pude empezar a vivir en paz. Estoy conociendo poco a poco a Jesús...". Y, entonces, envalentonada por este recuerdo, me lancé... ¡Pero qué vergüenza me daba! "Va a pensar que estoy chalada...", me dije.

"Hola Mark. Mira, soy...", dije. No me pregunte cómo, querido lector, pero en un minuto le había hablado de mi conversión, de mi amor por Cristo, y le animaba a seguirle para vivir centrado en su paz. ¡Y antes de que ambos nos quisiéramos dar cuenta, ya éramos amigos! Me hizo muchas preguntas sobre mi fe bajando en ese ascensor... Justo antes de perdernos de vista para siempre (al llegar a la planta baja), en un impulso inexplicable, me quité el rosario que siempre llevo al cuello y se lo colgué. Me miró lleno de asombro... "¡Qué bonito!", exclamó. "Es un arma contra el diablo", dije. "El elemento de oración más hermoso que nos ha regalado nuestra Madre del Cielo. Aprende a rezarlo y vivirás bajo su protección." "¡Muchísimas gracias!", dijo, dándome un abrazo. "Adiós, María; seguiremos en contacto".

Eso fue todo, querido lector. Me pidió una tarjeta y le perdí entre la gente del hotel. 
Cómo iba a imaginar que ayer mismo iba a recibir una llamada desde Los Ángeles: "Doña María, perdone que la moleste. Soy el agente del señor Walhberg. Ha estropeado el rosario que usted le regaló por exceso de uso... Lo llevaba siempre al cuello y oraba con él. Está desolado y le ruega encarecidamente que le envíe otro lo antes posible. Le atrae mucho su poderosa intercesión. ¡Considera que usted le ha ayudado mucho con su ejemplo de fe y le agradece que le haya enseñado el poder del Santo Rosario! ¿Puede hacerle este favor?".  
¡Qué cosas, querido lector! Y yo, por temer que me considerara una chalada, casi ni me había atrevido a decirle nada...
Más info sobre Mark Wahlberg (en inglés): http://www.youtube.com/watch?v=cKAyExg_kJ0&sns=fb

www.mariavallejonagera.com


jueves, 15 de marzo de 2012

martes, 6 de marzo de 2012

Madre, sólo vengo a contemplarte

´

La Vierge à midi.

Il est midi. Je vois l’église ouverte. Il faut entrer.
Mère de Jésus-Christ, je ne viens pas prier.

Je n’ai rien à offrir et rien à demander.
Je viens seulement, Mère, pour vous regarder.

Vous regarder, pleurer de bonheur, savoir cela
que je suis votre fils et que vous êtes là.

Rien que pour un moment pendant que tout s’arrête.
Midi!
Être avec vous, Marie, en ce lieu où vous êtes.

Ne rien dire, regarder votre visage,
laisser le coeur chanter dans son propre langage,

ne rien dire, mais seulement chanter
parce qu’on a le coeur trop plein,

comme le merle qui suit son idée
en ces espèces de couplets soudains.

parce que vous êtes belle,
parce que vous êtes immaculée,
la Femme dans la Grâce enfin restituée,

la Créature dans son honneur premier
et dans son épanouissement final,
telle qu’elle est sortie de Dieu
au matin de sa splendeur originale.

Intacte ineffablement
parce que vous êtes la Mère de Jésus-Christ,
Qui est la vérité entre vos bras,
et la seule espérance et le seul fruit.

Parce que vous êtes la Femme,
l’Éden de l’ancienne tendresse oubliée,
dont le regard trouve le coeur
tout– à-coup et fait jaillir les larmes accumulées,

parce que vous m’avez sauvé,
parce que vous avez sauvé la France,
parce qu’elle aussi, comme moi,
pour vous fut cette chose à laquelle on pense,

parce qu’à l’heure où tout craquait,
c’est alors que vous êtes intervenue,
parce que vous avez sauvé la France une fois de plus,

parce qu’il est midi, parce que nous sommes
en ce jour d’aujourd’hui,

parce que vous êtes là pour toujours,
simplement parce que vous êtes Marie,
simplement parce que vous existez,

Mère de Jésus-Christ, soyez remerciée!

(Paul Claudel)

domingo, 4 de marzo de 2012

Elogio de la imperfección

Pintura de Juan Zubieta

Esa vieja cordura los desprecia.
Tontos, enfermos, locos, raros, poquita cosa:
piezas inacabadas.
Pero a Él le sirven todos,
piedras de su Edificio. Algunas veces
los usa como piedras angulares
-véase el Evangelio- y otras veces con ellos
le hace a la Historia vados, aceras, jardincitos,
poyetes en que toman el sol los jubilados.
Nada se desperdicia, ninguno queda fuera.

Quién sabe si por ellos, solamente por ellos,
siguen Aldebarán, y el Cisne y la Vía Láctea
girando en el silencio de las noches. Quién sabe
si a ésos que tienen pájaros
en la cabeza, a aquéllos que están como una cabra,
a los que oyen campanas y nunca saben dónde,
a los que les han dado calabazas…
Él no los ha elegido como Sus proveedores
de materiales para hacer las primaveras.

(Miguel d’Ors 29-I-98)