jueves, 30 de abril de 2009

Suspendidos los vuelos a Méjico




Ya se conocen los motivos reales por los que se suspenden los vuelos a Méjico lindo y querido:


Datos contra tópicos

La oposición de la Iglesia a los preservativos favorece la expansión del sida.

Es ilógico pensar que personas que no siguen las enseñanzas de la Iglesia y tienen relaciones sexuales antes o fuera del matrimonio, vayan a decidir no usar preservativo sólo porque lo diga la Iglesia. De ser cierta esta acusación, las tasas de sida serían más altas en los países con más católicos, y no es así. En Botswana, hay entre un 4% y un 5% de católicos, y un 23,9% de la población adulta es seropositiva; en Sudáfrica -6% de católicos-, un 18,1% de población adulta está infectada. En cambio, en Uganda, donde hay más de un 40% de católicos, la prevalencia del VIH es del 5,4%. En Angola, con un 55% de católicos, la tasa de infección es del 2,1%. Esto no implica que el catolicismo sea la panacea, pero tampoco es el problema. Más bien es el camino de la solución.

No se pueden cambiar los hábitos sexuales. Van a tener relaciones sexuales de todas formas, que al menos lo hagan protegidos.

En Uganda, entre 1989 y 1995, los jóvenes que practicaban la abstinencia pasaron del 31% al 56% en los chicos, y del 26% al 46% en las chicas. Los hombres que tenían relaciones con tres o más mujeres pasaron del 15% al 3%. La tasa de VIH pasó del 21% en 1991 al 6,4% en 2005, con un gasto de 0,23 dólares por persona. El doctor Filippo Ciantia, un médico ugandés que fue testigo del comienzo de la epidemia en su país y de la lucha contra ella, ha afirmado que, «en cada país africano donde ha descendido la tasa de seropositivos, ésta ha estado precedida por un descenso del sexo casual y de las múltiples parejas». En un documento que firma con otros siete médicos ugandeses, cita los casos de Kenia, Zimbabwe, Zambia, Etiopía o Malawi. Con tan poca fe sobre la posibilidad de cambiar los hábitos, ¿para qué se invierte en campañas sobre el tabaco o el alcohol?




El éxito de Uganda no lo es de la Iglesia, porque usan la estrategia ABC de la ONU, que incluye el preservativo.

No es lo mismo tolerar el preservativo como último recurso para grupos reducidos donde no se logra cambiar la conducta -estrategia ABC-, que hacerlo de forma generalizada. La ONU parece haber tomado este camino, repartiéndolos por miles de millones. El informe de ONUSIDA de 2008 menciona 149 veces los preservativos; la abstinencia, sólo seis y de forma negativa, igual que la fidelidad -una vez-. En cualquier caso, las estrategias exitosas en la lucha contra el sida están más cerca de la actuación de la Iglesia que de la de la ONU.

Vale, el preservativo no es la única solución. Pero que el Papa diga que agrava el problema...

Es difícil probar con cifras el fenómeno, muy estudiado por los epidemiólogos, de la compensación de riesgo, según el cual un aumento en la sensación de seguridad aumenta también las conductas arriesgadas. Sobre el papel, esto no tendría por qué ser así, pero lo es. La semana pasada, Alfa y Omega citaba el caso de Camerún, donde, entre 1992 y 2001, las ventas de preservativos aumentaron de 6 a 15 millones, pero la tasa de sida se triplicó. Otro ejemplo de Uganda: según un informe gubernamental, la tasa de VIH entre las personas que habían usado preservativo alguna vez era, en 2005, más alta que entre los que no lo habían usado.

Incluso en Uganda, en los últimos años ha habido un repunte en los casos de sida.

Efectivamente, y se ha utilizado para alegar que los cambios de comportamiento no permanecen a largo plazo. Sin embargo, como ya informó Alfa y Omega, el coPresidente de su Comité Nacional de Prevención del Sida, Sam Ruteiraka, denunció, en junio del año pasado, en el Washingon Post, que asesores extranjeros habían eliminado repetidamente de los documentos del Plan Estratégico Nacional las referencias a la abstinencia y la fidelidad. Fue entonces cuando la tasa de VIH repuntó.

María Martínez en www.alfayomega.es


sábado, 25 de abril de 2009

Flores en el erial

Siempre me he preguntado que es lo que hace que las personas reaccionemos de modos tan diversos ante una misma situación. Lo vemos en los miembros de una misma familia. Los hijos, aún recibiendo la misma educación, viven y entienden la vida de modos distintos. Supongo que entra en juego la libertad individual.
También me admiro de este “riesgo” que Dios corre con nosotros, al hacernos libres para quererle o no.

Estoy leyendo Mala tierra, de María Vallejo- Nágera, cuya protagonista, Anne Sophie, sufrió desde su más tierna infancia todo tipo de vejaciones, abusos sexuales, y maltrato físico y psíquico por parte de sus padres, hermanos y vecinos. A pesar de su durísma infancia, ha sabido sobreponerse a todos esos escabrosos episodios y en la actualidad dedica su vida, como religiosa a la defensa de la familia y el no nacido.

¿Qué será lo que hace que las mismas desgracias que a unos llevan al suicidio, a la drogadicción, al alcoholismo, al crimen; lleven a otros a intentar perdonar, a aprender a amar, a dar su vida por los demás?

¿Qué es lo que hace que una vida de fruto a pesar de crecer rodeada de odio?

Sin duda, pueden crecer flores en un erial.



viernes, 24 de abril de 2009

La Familia, ¿enemigo a combatir?

Reproduzco esta interesante entrevista a la doctora María Luisa Di Pietro publicada en www.alfayomega.es

Di Pietro es profesora del Máster en Bioética en la Universidad Católica de Ávila e imparte clases en la del Sacro Cuore de Roma. Habla de su materia y de ideología de género y sexualidad humana

¿Qué significa ideología de género?
Ésta se basa en el supuesto de que no existe sexo femenino o masculino, sino que hay muchos géneros y cada persona puede elegir una pertenencia sin relación con el sexo biológico. De hecho, el principal objetivo de la ideología de género es destruir la existencia de una realidad biológica masculina o femenina.

¿Cómo influye en nuestra sociedad?
Tenemos dos fases destacadas en el desarrollo de la identidad sexual: de cero a seis años y la adolescencia. En estos dos períodos es muy importante la presencia de los padres, el modelo de referencia masculino o femenino. La ideología de género es contraria a la familia, argumentando que hay roles predefinidos. Según ella, no existe hombre o mujer, sino que todo depende de una elección, y la familia es un enemigo a combatir. Hoy, la sexualidad se reduce a los instintos, como método para la elección. Se ha perdido toda la dimensión personal, ya que el sexo es una función a satisfacer. Y si la sexualidad es un instinto, no hay verdadera la libertad.

¿Y cuál es el punto de vista cristiano?
Cuando pregunté a monseñor Sgreccia, del Vaticano, cómo hacer para saber si una persona entendía la dimensión católica, me dijo: «Tienes que preguntar qué pensamiento tiene de la sexualidad»; porque es algo que muchos católicos todavía no tienen claro. La sexualidad desde el punto de vista católico es capacidad de relación, vivir una realidad masculina o femenina y elegir si realizarla en virginidad o en matrimonio. Es la posibilidad y libertad de elegir unos actos y no otros. Pero, para muchos católicos, el mensaje de los medios es muy fuerte, y una versión personal de la sexualidad es más difícil de entender, porque te sitúa frente a tu libertad.

El Papa critica que se enfoca la sexualidad desde un punto de vista sanitario. ¿Comparte esta opinión?
Estoy de acuerdo. Falta la dimensión de la vida personal. La sexualidad se ha reducido a la dimensión biológica, y la educación se reduce a la información sobre los métodos contraceptivos, el condón, las enfermedades de transmisión sexual... No es educación de la persona; es una información desexualizada, sin atender a la diferencia entre la masculinidad y la femineidad. Reducir la persona a la dimensión biológica es una elección que le hace daño a ella, a la pareja y a la sociedad.

No sé si conoce la nueva ley del aborto que se prepara en España, que permite a las jóvenes de 16 años abortar sin necesidad de consentimiento paterno.
En Italia es peor. El aborto se puede hacer, en la práctica, hasta la semana 24, pero realmente la ley no dice hasta cuándo se puede hacer. Además, la ley italiana habla sobre la menor, pero no dice edad: puede ser de once, doce, trece años. Para ello es necesario hablar con los padres, pero si la niña no quiere llamarlos, hay un abogado encargado de evaluar si esta niña tiene la capacidad de tomar esta decisión. La italiana es la peor ley de toda Europa, aunque todas las leyes sobre el aborto son un paso atrás en la defensa de la vida.

¿Cuáles son los principales problemas bioéticos que se plantean con la fecundación artificial?
Se dice que la fecundación artificial es para la vida, pero la verdad es que se matan muchos embriones. Se produce un embrión, pero no se le ofrece la posibilidad de una vida autónoma y de su desarrollo. No se habla de los embriones que se matan. Tenemos tres problemas bioéticos: el espectro del embrión humano, la destrucción de la familia y la despersonalización de la propia acción humana.

martes, 21 de abril de 2009

domingo, 19 de abril de 2009

Llora Militos...

Militos llora de cine. Dicen que "quien bien te quiere te hará llorar".

Saca el cleenex, que aquí tienes más:

Audrey Hepburn y Fred Astaire en "Bonjour Paris", de Una cara con ángel.

Audrey Hepburn cantando "Moon River" en Desayuno con diamentes.

Gene Kelly bailando con Tom y Jerry.

Los míticos Ginger Rogers y Fred Astsire en Cheek to Cheek.

Esperanza

sábado, 18 de abril de 2009

¡Alégrate, Reina del Cielo!

Cada día, desde el domingo de Resurrección hasta el día de Pentecostés, a las 12 del medio día, millones de voces en todo el mundo saludan así a la Madre de Dios:

Reina del cielo, Alégrate, aleluya.
Porque el que mereciste llevar en tu seno ; aleluya.
Resucitó, como dijo; aleluya.
Ruega a Dios por nosotros; aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
Porque ha resucitado verdaderamente el Señor; aleluya

Oremos.
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre,
la Virgen María, alcancemos el goce de la vida eterna.
Por el mismo Cristo, nuestro Señor.
Amén.



viernes, 17 de abril de 2009

High fidelity

Alguien me envió este historia hace tiempo:
"Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde trabajo, para curarse una herida en la mano. Tenía bastante prisa y mientras lo atendía le pregunté sobre el motivo de su urgencia.

Me aclaró que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí.

Llevaba algún tiempo en ese lugar y sufría Alzheimer. Mientras terminaba de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.

- No, me dijo, ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.

- Entonces, le pregunté extrañado, ¿y si ya no sabe quién es usted, por qué esa necesidad de ir todas las mañanas y de llegar tan puntual?

Me sonrió, y dándome una palmadita en la mano, me dijo: «Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella».

Tuve que contener las lágrimas, y mientras salía pensé: «Ésa es la clase de amor que quiero para mi vida; el verdadero amor no se reduce a lo físico o romántico, el verdadero amor, es la aceptación de todo lo que el otro verdaderamente es, de lo que ha sido, de lo que será, y de lo que ya nunca podrá ser».



Sí, aunque no lo cuenten los telediarios, hay Fidelidad en el mundo.
Por cierto, fantástico este spot de Intereconomía TV. ¡Felicidades, valientes!


miércoles, 15 de abril de 2009

Yo soy Shrek

Recupero este artículo de Juan Manuel de Prada, que me parece delicioso. ¡Qué lo disfrutéis!


"Sin mi hija Jimena probablemente no lo habría descubierto. En realidad, las películas de dibujos animados siempre fueron mi asignatura pendiente: conocía los clásicos de Walt Disney y poco más, siempre había mirado con una pizca de engreimiento aquellas historias pobladas de animales antropomorfos, hadas y demás criaturas fantasiosas, siempre había repudiado los argumentos demasiado ñoños, las resoluciones demasiado simplistas, las canciones almibaradas que interrumpían la acción sin venir a cuento. Gracias a mi hija Jimena, descubrí que también había películas de dibujos animados que no eran en absoluto ñoñas, ni simplistas, ni almibaradas; y descubrí, sobre todo, a un personaje que en mi imaginario sentimental ocupa ya un lugar olímpico, más encumbrado aún que los sargentos de John Ford. Me estoy refiriendo, naturalmente, al ogro Shrek, la criatura más fascinante, rica en matices y gozosamente humana del cine contemporáneo. Después de haber visto treinta o cuarenta veces las dos entregas de la serie ya puedo decir, imitando a Flaubert: «Yo soy Shrek».

Y, por supuesto, mi hija Jimena es Fiona, su amada ogra u ogresa. Yo soy –lo confesaré– de los que ha llorado viendo la secuencia final de la segunda parte de Shrek, cuando Fiona tiene la posibilidad de convertirse de nuevo en la bellísima princesa que antaño fue y prefiere seguir viviendo en la ciénaga al lado de su amado ogro. Es una de las mayores cimas del cine contemporáneo y también una de las más hermosas bofetadas a lo que nuestra época nos vende como un paraíso terrenal: la exaltación de la belleza física y la servidumbre a unos cánones estéticos bastante gilipollescos. La figura de Shrek es subversiva, deliciosamente ácrata, disolvente como el aguarrás de toda esa cochambre que hemos dado en denominar «políticamente correcta»; ese ogro brutote y gruñón que esconde pudorosamente un corazón que no le cabe en el pecho (y es que los ogros, como las cebollas, tenemos capas) es una criatura emocionante, mucho más emocionante que cualquiera de los personajes paliduchos, amorfos, invertebrados que pueblan el cine contemporáneo. Un día, mientras jugueteaba con mi hija Jimena, remoloneando ambos entre las sábanas, ella se encaramó a mi panza y me lo dijo: «Tú eres Shrek». Ningún piropo me hubiese trastornado tanto, ninguna declaración de amor me hubiese transmitido mayor júbilo que aquellas tres palabras; una vez repuesto de la impresión, le respondí: «Y tú eres Fiona». La sonrisa cómplice, arrebatadoramente cómplice, de Jimena me elevó hasta el cielo de las mitologías. Éramos Shrek y Fiona, juntos hasta la muerte, decididos a defender nuestro amor contra príncipes lechuguinos y hadas malignas.

Nos llamamos así en secreto, Shrek y Fiona, y sólo nos interpelamos por nuestros nombre de pila cuando nos hallamos entre desconocidos. Vivimos en la ciénaga, peleamos contra los soldados del príncipe, empeñados siempre en raptar a Fiona, de vez en cuando nos hacemos una escapadita al reino de Muy, Muy Lejano, para escandalizar a propios y extraños con nuestros modales rústicos y plebeyos (incluso nos tiramos eructos), de vez en cuando atravesamos el bosque, en compañía de Asno o el Gato con Botas, en busca de aventuras de solución incierta. Por supuesto, estamos casados por la Santa Madre Iglesia y nos guardamos una fidelidad a prueba de putones verbeneros: en realidad, que yo guarde fidelidad a Fiona carece de mérito, puesto que mi estampa no es de las que provocan deliquios y arrobamientos entre la población femenina; pero que Fiona me la guarde a mí, viéndose requerida por los más apuestos caballeros y los más encumbrados príncipes, constituye un milagro por el que cada día doy gracias al cielo. A veces también le pido al cielo que detenga el universo físico, para que Fiona y Shrek puedan seguir disfrutando de su idilio por los siglos de los siglos, ajenos a las contingencias del tiempo, ajenos a las asechanzas que conspiran contra su amor. Todavía no me ha sido concedido este don; pero no desespero de alcanzarlo.

Cuando los negros pajarracos de la zozobra sobrevuelan nuestra ciénaga, me pregunto si llegará el día en que Fiona se avergüence de ser la chica de Shrek y se fugue con alguno de los pretendientes que se la disputan. Entonces la abrazo fuerte, hasta casi estrujarla, como sólo sabemos abrazar los ogros, y le pregunto: «¿Me querrás siempre, Fiona?». Y ella, invariablemente, me responde: «Siempre, Shrek, aunque te hagas viejito. Y después también, en el cielo». Entonces cierro los ojos, saboreando las delicias de ese idilio eterno. ¡Que se preparen las huestes celestiales!"

martes, 14 de abril de 2009

lunes, 13 de abril de 2009

Un millón de amigos

Recuerdo los veranos de mi infancia cruzando el país rumbo al norte, siempre huyendo del calor. Nos subían a los cuatro niños en el coche y carretera y aire acondicionado, que no manta. Los largos viajes eran amenizados con música. La clásica era remedio infalible para amansar a las fieras cuando el cansancio empezaba a hacer mella en nosotros.
También acabábamos aprendiendo las letras de zarzuelas que luego disfrutábamos representando a los mayores de la familia tras las cenas estivales en el jardín.

Además, viajaban con nosotros Plácido Domingo, Carreras, Sinatra, Mocedades, Julio Iglesias, Nat King Cole, Glen Miller, Cole Porter, y Roberto Carlos.

Me gustaba analizar sintácticamente las letras de las canciones. Y siempre llevaba un papel que ponía “para buscar” donde escribía todas las palabras que me eran desconocidas para buscarlas en el diccionario al llegar al destino.
Era una actividad que me entretenía y con la que disfrutaba. Pero Roberto Carlos me ponía nerviosa. Las letras de sus canciones me parecían absurdas. Nunca entendí qué pintaba un gato triste y azul en nuestros cielos. ¿Y para qué quería un nido de pajaritos? ¿Para cantar más fuerte? ¿Cómo es posible que creyese que podía tener un millón de amigos? Yo calculaba cuántas ciudades hacían falta para meter un millón de amigos. Por lo menos habría que juntar Murcia con Almería y Granada. O tal vez en Valencia, o en Sevilla... Pero la conclusión a la que llegué es que Roberto Carlos era un ingenuo. ¿Acaso es posible conocer a fondo a un millón de personas? Definitivamente, el brasileño no tenía ni idea de lo que era la mistad. Uno puede conocer muchas personas a lo largo de su vida, pero no todas serán tus amigos. Los amigos incondicionales son pocos.

Pero claro, estoy hablando de los años 80. Un niño de principios del siglo XXI sabe que un millón de amigos te cabe en facebook, o en twenty. En los 80 los amigos los hacíamos en el cole, en el parque, en la urbanización, en la playa, en los campamentos de verano. Con suerte los conservabas en la universidad, etapa en los que añadías otros nuevos. Y si aún los conservas, a pesar de los cambios de ciudad y de las mil vueltas que da la vida, es para sentirse afortunado.

En los últimos meses, mi buzón es bombardeado con mails anunciando que fulanit@ me ha añadido como amigo de Facebook.
Confieso que caí, pero mi estancia en semejante paraiso de la amistad duró un mes escaso. Me resultaba surrealista recibir mensajes tipo “Maricharon Estón te invita a unirte al grupo de siliconadas sin fronteras”; “Yors Cluní ha dejado un mensaje en tu muro porque le duele la cara de ser tan guapo”… y cosas así.

Lo siento por Maricharon y sus amigas protésicas. Y qué quieres que te diga, Yors Cluní: si hace falta, me estampo contigo en tu muro, pero en vivo y en directo. Que si te duele la cara, yo te la curo, pero que te la tengo que ver, que si no… va a ser que no.

En fin, que si me pierdo, no me busquéis en facebook. Los amigos de verdad saben donde me tienen.


¡Gracias!

Para Pepe Álvarez de las Asturias y sus compañeros de Los últimos de Filipinas, la mejor tertulia de la Radio.
¡Gracias!


domingo, 12 de abril de 2009

¿El Rostro de Cristo?

Mucho se ha dicho y escrito sobre la Sábana Santa. El caso es que este lienzo a nadie deja indeferente; sea como fuere, su estudio lleva a los científicos afirmar su veracidad histórica: efectivamente perteneció a un varón del siglo I.
Mª Teresa Rute es la Delegada en Madrid del Centro Español de Sindología. Lleva décadas estudiando este lienzo y recientemente ha publicado ¿El Rostro de Cristo? Mentiras y una verdad sobre la Sábana Santa, editado por Sekotia.
En él realiza un estudio exhaustivo de la Sábana Santa, pero de modo novelado, lo que hace que "enganche" al lector desde el primer momento. Además, cuenta con el apoyo de abundante información gráfica.
Animo a su lectura tanto a creyentes como agnósticos; no quedarán decepcionados.
Además, podéis escuchar una entrevista realizada a la autora que he colgado en mi podcast.

sábado, 11 de abril de 2009

Así se habla

Bien por Antonio Burgos, en el pregón de la Semana Santa sevillana del 2008.
Con un año de retraso, pero nunca es tarde para hablar de un valiente:



jueves, 9 de abril de 2009

Univ 2009

Desde hace 42 años durante la Semana Santa se celebra en Roma el Congreso Univ, que convoca a estudiantes y profesores universitarios de todo el mundo. Este encuentro nació bajo el impulso de san Josemaría Escrivá.

Este año, el lema es "Universitas, un saber sin fronteras". Durante el curso, los estudiantes preparan comunicaciones, dirigidas por profesores de cada universidad, y que presentan en el Congreso de Roma, tras haber pasado una fase local en la univesidad de origen.

Roma se convierte en una algarabía de jóvenes. Uno de los alicientes de este viaje, además de disfrutar de la ciudad eterna, y de poder convivir con gente de diferentes paises, es el encuentro que tiene lugar con el Santo Padre, que se dirigía a los jóvenes con estas palabras:

¿Por qué vivir bien la Semana Santa?

miércoles, 8 de abril de 2009

sábado, 4 de abril de 2009

Ya huele a incienso


La ciudad se llena de turistas: unos buscando la playa; otros buscando iglesias con cámara en ristre, para captar la imagen más bella que salga "a procesionar". Quizá sólo se acuerden estos días de que Dios existe. Pero seguro que a Él le agrada.


viernes, 3 de abril de 2009

28 razonamientos

Recomiendo una vueltecita por el blog de Mr. Paz para leer los 28 razonamientos contra el aborto que hasta los progres pueden entender.
Y de paso, si queréis pasar un rato agradable estas vacaciones con un libro desternillante, leed Bienvenido, Mr. Paz, no os arrepentiréis.

La elegancia del erizo

Acabo de terminar de leer La elegancia del erizo, que me ha parecido delicioso. He disfrutado como una enana con su lectura, porque su prosa es exquisita.

Los protagonistas son tres personas excelentes inmersas en un ambiente de lo más vulgar, en un distrito donde reside la alta burguesía parisina.

Renée, la portera de un edificio de apartamentos de lujo de la Rue Grennelle, vive obsesionada con que los vecinos no perciban su alto nivel cultural. El tiempo que no está trabajando, lo dedica a deborar libros de filosofía, literatura clásica, política... Es un alma cultivada y contempladora de la belleza rodeada de vecinos mediocres y frívolos, incapaces de percibir algo ajeno a ellos mismos.

Paloma es una niña de doce años que vive en el edicficio. Es de una inteligencia superdotada, hija de un ministro socialista de la república francesa, y de una madre absurda y frívola que pasa sus días de compras y en la consulta de un psicoanalista. Paloma es una joya en un lodazal, pero sus padres, simplemente creen que es rara.

El tercer protagonista es un ex diplomático japonés, que acaba de llegar a vivir al edificio, y que será una alma gemela de la portera y la niña, y nexo de unión entre ellas.

Es un libro para disfrutar de la belleza de las cosas pequeñas y las personas sencillas vista a través de los ojos de sus protagonistas.

Me ha gustado la evolución de Paloma y Renée. De regodearse en el placer de sentirse superiores a toda la canalla, pasan a sentirse cercanos a todos.

Recomiendo vivamente su lectura.

Bio-Pat-ética

(Pulsad sobre la imagen para poder leer bien las viñetas)



miércoles, 1 de abril de 2009

Todos a Colón

Es el texto del sms que hace 4 años aparecía en los móviles de medio Madrid. Habíamos quedado en que todos los jóvenes nos reuniríamos en Colón en cuanto nos llegase la noticia de que el Papa se iba al Cielo. Mientras, en muchas ventanas de la ciudad se podían ver velas encendidas.

En casa, recibimos el sms todas a la vez, y a Colón que nos fuimos sin pensarlo. Lo que aquella noche vivimos allí es difícil explicarlo. No sé los miles que estábamos, de todas las edades. Cantando, gritando: "Se nota, se siente: Juan Pablo está presente". Y os aseguro que lo estaba, más que nunca. Allí estuvimos 2 ó 3 horas, celebrando su llegada al Cielo. Como siempre, arrastraba. Ya sabéis de su poder de convocatoria. A veces caían lágrimas. Pero de alegría. Muchos no nos conocíamos, pero éramos como una gran familia. "La generación Juan Pablo". De pronto alguien que no conocías, se acercaba y decía: ¿Rezamos un rosario? Y se formaba un grupo de gente que seguía el rezo del rosario. Otros cantaban, agitaban sus banderas.
Creo que hasta Colón se sumó a la fiesta.

La vuelta a casa, en silencio. Fue tal el cúmulo de emociones, que éramos incapaces de articular palabra.

Sí, fue una noche de paz. Y quién no supiese lo que era la "comunión de los santos", seguro que aquel día lo descubrió.