domingo, 28 de febrero de 2010

Andalucía

Hoy se cumplen 30 años de vida de la comunidad autonómica andaluza. "Realidad nacional" la llaman. No hablaré de los años de dictadura endogámica del de psoe (al que, por supuesto, le sobra la "o"), ni del paro, no del per, ni de "Vaches", ni de Griñán, ni... Así que brindemos con unas cañas, porque, a pesar de todo, Andalucía lo vale.



viernes, 26 de febrero de 2010

Puesta a punto

Dice el refrán que "el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra". La experiencia demuestra, que no sólo 2, sino en muchas ocasiones metemos la pata.
Los católicos tenemos la suerte de poder acudir al sacramento de la confesión siempre que nos haga falta. Instaurado por Jesucristo, sabemos que el mismo Dios nos perdona a través del sacerdote.
Me gusta imaginármelo como un padre que limpia las heridas a su hijo pequeño después de una caída, lo abraza, lo mima. ¡Y a seguir jugando!

La cuaresma es un buen momento para hacer examen de conciencia y plantearnos una puesta a punto. La paz que queda después, merece la pena el esfuerzo.

La Archidiócesis de Boston ha elaborado un vídeo donde se explican los pasos a seguir para hacer una buena confesión:

miércoles, 24 de febrero de 2010

Coherencia para educar


José María Contreras es biólogo, aunque ha dedicado su vida a las relaciones humanas, especialmente en el campo de la formación de directivos. En la actualidad es Director de Formación y Desarrollo en una multinacional farmacéutica. Está casado y tiene tres hijos. Ha impartido cientos de conferencias sobre el hombre y sus relaciones con los demás, tanto dentro como fuera de España y es autor de varios libros.

Fuente: arbil.org


¿Se piensa poco?


En muchos casos se evita pensar. Al hombre le cuesta enfrentarse a sí mismo. Ponerse delante de un espejo y "cantarse las cuarenta". Pero lo necesita para ser más feliz.


Existen dificultades, ¿verdad?


Es cierto. Hay dificultades objetivas. Pero para aquello que a uno de verdad le interesa siempre encuentra tiempo. Se evita mucho el pensar en los hijos porque los pensamientos que surgen suelen ser exigentes.


Y la prisa…


También. Pero algunas veces parece que nos guste que haya prisa. Evita otros compromisos. Por eso a la prisa se le ha dado un sentido positivo. No hace mucho, de una persona con mucha prisa se decía que era un atolondrado; ahora es una persona muy importante.


¿Que respondería a la pregunta de qué es lo primero que se necesita para educar a los hijos?


Coherencia. Hay que procurar vivir lo que uno dice. Si no la educación no vale para nada. Porque los hijos perciben inmediatamente que uno dice cosas en las que no cree porque si las creyera, las viviría.

¿Por qué parece que es más difícil educar hoy?

Podría haber muchas razones pero me gustaría centrarme en una. Estamos haciendo una sociedad en la que cada esfuerzo lo hacemos con vistas a un beneficio inmediato. En la educación no hay recompensa a corto plazo.


La sociedad tampoco es que ayude…


Es verdad, por eso hay que poner más exigencia personal: El ambiente exterior se contrarresta con presión interior; con exigencia personal.


Pero los padres no somos dioses…


Claro que no. Lo que educa no es vivir una serie de valores, sino el luchar por vivir esos valores; en eso es en lo que se fijan nuestros hijos. Nuestra intencionalidad. Ellos también saben que no somos dioses.


Es que los hijos lo ven todo.


Y nosotros tenemos que demostrarles con nuestra vida. El lenguaje de los hechos es el que más comunica. Que sepan claramente cuales son nuestras prioridades. Ellos tienen que saber las cosas por las que no pasaríamos nunca y por qué.


Muchos padres entienden por educar el dar estudios.


Es verdad. Educar no es dar una beca. Uno pone dinero y el niño estudia, pero si educar fuera sólo enseñar a los hijos a ganarse la vida, habría hijos que no haría falta educarlos ¡se la van a ganar mejor que nosotros!. Educar es algo más que dar conocimientos.


¿Qué más?


En última instancia educar es enseñar a querer. Por eso uno tiene que saber hacer atractivos los valores. Es una necesidad en la sociedad en la que vivimos. Tener referencias que nos hagan atractiva la verdad. En el caso de los hijos son los padres. Sin la ayuda de éstos lo que se haga en los colegios u otras instituciones formativas vale muy poco.


¿Cómo son las relaciones padres-hijos en la actualidad?


Como siempre, pero con algunos matices especiales y no precisamente pequeños. Hay miedo a los hijos. Miedo a exigir que en realidad es miedo a exigirme. Miedo a que se enfaden. Hay una especie de complejo de inferioridad con respecto a ellos que está haciendo mucho daño a la sociedad en general y a nuestros hijos en particular.


¿Por qué?


Porque una persona no exigida, es una persona no valorada. Uno puede dar lo mejor de uno mismo cuando es exigido: la peor venganza con una persona es no exigirle. Fracasará como persona aunque llegue a ser un brillante profesional. No se exige en muchas ocasiones en aras de la tranquilidad.


¿Y …?


Y se está confundiendo tranquilidad con paz. La paz es una consecuencia de una forma de vivir: hay paz cuando hay exigencia, cuando hay lucha por mejorar, cuando hay vida. La tranquilidad se consigue con tranquilizantes.


¿Y así no se consigue nada?


Pues siendo realistas, evitar un disgusto hoy para tenerlo mañana… y sin remedio. ¡Cuánta gente se está culpando de no haber exigido en su momento y quizás se hubieran evitado algunas situaciones posteriores! Tengamos en cuenta que una persona no educada, es decir no exigida, se convierte en una generadora de sufrimientos en el futuro. En el terreno de la educación hay mucho sufrimiento evitable.


Pero uno puede educar bien y luego "salirle mal".


Claro. Tengamos en cuenta que el hombre es libre. Podemos educar a una persona en el amor al trabajo y luego ella no trabajar porque no le da la gana. Los padres tienden a echarse todas las culpas en los temas de educación. En muchas ocasiones no llevan razón, para tener culpa hace falta intencionalidad. Si no hay intención, no hay culpa.


¿Un padre o una madre por el hecho de serlo ya son buenos educadores?


No. Además de la intencionalidad hay que formarse, conocer las etapas por las que pasa un hombre. Igual que un jefe tiene que formarse. Unos padres para educar bien deben formarse. Es fundamental. Si uno no se forma es difícil sortear la cantidad de obstáculos que nos pone la sociedad actual.


¿Por qué no se hace?


Algunos lo hacen. Otros no saben que hay que hacerlo. O no saben cómo hacerlo. Hay otros que sabiendo que hay que hacerlo y como hacerlo se dejan llevar por la comodidad. La raíz de la mayoría de los problemas que tiene la sociedad occidental es la comodidad.


¿Algo para terminar?


La educación de los hijos es de lo más gratificante que el ser humano puede experimentar. Merece la pena porque ahí se encuentra una gran parte del éxito como persona. Y depende de nosotros.

martes, 23 de febrero de 2010

El poder de una sonrisa

Practica una caridad alegre, dulce y recia, humana y sobrenatural; caridad afectuosa, que sepa acoger a todos con una sincera sonrisa habitual; que sepa comprender las ideas y los sentimientos de los demás.


—Así, suavemente y fuertemente, sin ceder en la conducta personal ni en la doctrina, la caridad de Cristo —bien vivida— te dará el espíritu de conquista: tendrás cada día más hambre de trabajo por las almas.

(San Josemaría, Forja, nº 282)

viernes, 19 de febrero de 2010

Actos y consecuencias


Mujer que amenazó con cuchillo a pro-vida desiste de abortar gracias a ella.


Fuente: www.aciprensa.com

Una mujer embarazada, que amenazó con un cuchillo a una activista pro-vida que se manifestaba pacíficamente en las afueras de una clínica abortista en Duluth, Minnesota (Estados Unidos), explicó que fue gracias a la valiente intervención de la joven que desistió de abortar y conservar a su bebé.

Los hechos ocurrieron el pasado 24 de noviembre de 2009 pero no fue sino hasta ahora, en el juicio que se le sigue por esta agresión, que se conoció el desistimiento de abortar de Mechelle Hall, una mujer de 26 años que amenazó con un cuchillo en la garganta a Leah Winandy, de 21 años de edad.

Ella, su madre Sarah Winandy y otros activistas se manifestaban pacíficamente en las afueras de una clínica abortista tratando de convencer a las mujeres para que no aborten a sus bebés.


"Gracias por estar allí. Si no hubieras estado allí, probablemente hubiera seguido adelante y me hubiera arrepentido el resto de mi vida. Probablemente hubiera seguido otro camino (el aborto). Estoy verdaderamente apenada por lo que le hice a ella", declaró Hall telefónicamente al ser consultada sobre lo que piensa de Winandy.


Por su parte, Leah Winandy desde Wisconsin comentó que "estaba allí para pedirle a las madres que no maten a sus bebés en la clínica abortista. Ella (Hall) caminaba hacia mí. Sacó un cuchillo y lo blandía mientras me decía ‘no te me acerques’. Yo le dije ‘por favor no mates a tu bebé. Teme a Dios’. Me acerqué un poco más y le dije: ‘mira y escucha tu ultrasonido’. Se abalanzó sobre mí y puso el cuchillo en mi garganta".

La oficina del fiscal que sigue el caso contactó a Leah Winandy y le preguntó si estaba de acuerdo con que a Mechelle Hall se le diera solamente libertad condicional en vez de mandarla a prisión. Ella accedió. "Perdono a Mechelle por lo que hizo y lo hago porque Dios me ha dado el perdón en mi corazón por ella", agregó.


Mechelle Hall explicó que sabrá el sexo del bebé, que lleva en su seno desde noviembre, el próximo mes de marzo.


Por su parte, el Director Nacional de Priests for Life (Sacerdotes por la Vida), P. Frank Pavone, dijo que este caso muestra "lo que es verdad sobre quienes buscan abortar e incluso sobre quienes hacen los abortos: están confundidos y son ambivalentes. Pese a sus esfuerzos por aparecer seguros de lo que hacen, no lo están. Pese a la retórica sobre la ‘libertad de elegir’, se vuelcan al aborto porque sienten que no tienen libertad ni opción".


"Y la lección para los activistas pro-vida es que lo que con frecuencia se presenta como ira y disgusto es el primer paso para la conversión. No debemos temerle a estas reacciones", concluyó.


jueves, 18 de febrero de 2010

Cuaresma, tiempo de conversión.

La Cuaresma tiene una rica historia en la liturgia cristiana. Desde el inicio, era el tiempo de la preparación definitiva de los catecúmenos que iban a recibir el Bautismo, administrado en la Vigilia Pascual.

Hacia la mitad del siglo II, aparece en la Iglesia la preparación a la Pascua, entendida como memoria de la muerte salvífica de Cristo, y adquiere especial valor la práctica del ayuno, sobre todo el Viernes y el Sábado Santos.

La preparación de cuarenta días a la fiesta de la Pascua se introduce a inicios del siglo IV, y comienza el primer domingo de Cuaresma. Cada vez se convence más el pueblo cristiano de que el ayuno es la más importante y casi la única manera de prepararse a la Pascua, y como el domingo no se ayunaba, era preciso trasladar el inicio de la Cuaresma añadiendo los días que faltaban. Esto sucedió paulatinamente, hasta que desde el siglo VII el Miércoles de Ceniza señala el inicio del tiempo cuaresmal.

La imposición de la ceniza aparece en el siglo IX y va unida a la penitencia pública. Completaban el ayuno, la oración y la limosna.

Las últimas dos semanas se dedicaban, sobre todo, a la meditación de la Pasión del Señor, que en la conciencia de los fieles llega a constituir el centro de la espiritualidad de este tiempo santo, llevándolos a la conversión: Esto hizo Cristo por mí, ¿qué he de hacer yo por Él? Las palabras de san Pablo: «En nombre de Cristo os suplicamos: reconciliaos con Dios», muestran qué es la Cuaresma para la Iglesia; en estos días, alimentada abundantemente de la palabra de Dios, toma conciencia de participar en la Redención obrada por Cristo, que a todos llama: «Convertíos y creed en el Evangelio».

La salvación de Dios es accesible a todos los hombres, pero es preciso abrir el corazón, disponerse a acoger el don del cielo y responder con decisión. El pecado es el obstáculo.
La Cuaresma es tiempo propicio para reconocerlo y cambiar el corazón y el modo de pensar, justamente ante la presencia de Aquel que me amó y se entregó a sí mismo por mí. Por eso, ante todo, es el tiempo del perdón y de la misericordia de Dios y, siguiendo a Cristo en sus cuarenta días en el desierto, tiempo de intensa vida espiritual, de lucha contra uno mismo y contra las fuerzas del mal, y así el hombre resurja con Cristo en la Pascua, hecho ya una criatura nueva por la gracia del Bautismo.

Alfonso Simón en www.alfayomega.es

domingo, 14 de febrero de 2010

Mi tesoro cumple 80

Hoy hace 80 años que Dios le hizo ver a san Josemaría que habría también mujeres en el Opus Dei. Comparto esa vocación con miles de mujeres en los cinco continentes.
¿Qué aporta a mi vida? La seguridad que da el sabarte contemplada las 24 horas del día por Dios y la alegría ante la posibilidad de convertir cada uno de mis pensamientos, mis palabras y mis actos en oración. Hacer de lo cotidiano el motivo de mi santificación.
Gracias a san Josemaría, he aprendido a tratar de tu a Tú a Dios. Y estar en Sus manos te da una paz y una alegría que nada ni nadie te puede quitar.

Como decía san Josemaría: "El Opus Dei es el mejor sitio para vivir y el mejor sitio para morir. ¡Qué bien se está en el Opus Dei!"



sábado, 13 de febrero de 2010

Amistad que salva


Un día cuando era estudiante de secundaria, vi a un compañero de mi clase caminando de regreso a su casa. Se llamaba Carlos. Iba cargando todos sus libros y pensé: "¿Por qué se estará llevando a su casa todos los libros el viernes? Yo ya tenía planes para todo el fin de semana: fiestas y un partido de fútbol con mis amigos el sábado por la tarde, asíque me encogí de hombros y seguí mi camino.

Mientras caminaba, vi a un monton de chicos corriendo hacia él.
Cuando lo alcanzaron le tiraron todos sus libros y le hicieron una zancadilla que lo tiró al suelo. Vi que sus gafas volaron y cayeron al suelo como a tres metros de él. Miré hacia arriba y pude ver una tremenda tristeza en sus ojos. Mi corazón se estremeció, así que corrí hacia él mientras gateaba buscando sus gafas. Vi lágrimas en sus ojos.

Le acerqué a sus manos sus gafas y le dije, "esos chicos son unos descarados, no deberían hacer esto". Me miró y me dijo: " ¡gracias!".

Había una gran sonrisa en su cara; una de esas sonrisas que mostraban verdadera gratitud. Lo ayudé con sus libros. Vivía cerca de mi casa.

Le pregunté por qué no lo había visto antes y me contó que se acababa de cambiar de una escuela privada.
Yo nunca había conocido a alguien que fuera a una escuela privada.
Caminamos hasta casa. Lo ayudé con sus libros; parecía un buen chico.

Le pregunté si quería jugar al fútbol el sábado conmigo y mis amigos, y aceptó. Estuvimos juntos todo el fin de semana. Mientras mas conocía a Carlos, mejor nos caía, tanto a mí como a mis amigos.

Llegó el lunes por la mañana y ahí estaba Carlos con aquella enorme pila de libros de nuevo. Me paré y le dije:
"Hola, vas a sacar buenos músculos si cargas todos esos libros todos los días". Se río y me dio la mitad para que le ayudara.

Durante los siguientes cuatro años nos convertimos en los mejores amigos. Cuando ya estábamos por terminar la secundaria, Carlos decidió ir a la Universidad de Georgetown y yo a la de Duke. Sabía que siempre seríamos amigos, que la distancia no sería un problema. El estudiaría medicina y yo administración, con una beca de fútbol. Llegó el gran día de la graduación. El preparó el discurso. Yo estaba feliz de no ser el que tenía que hablar. Carlos se veía realmente bien.

Era uno de esas personas que se había encontrado a sí mismo durante la secundaria, había mejorado en todos los aspectos, se veía bien con sus gafas. Tenía más citas con chicas que yo y todas lo adoraban. ¡Caramba!, algunas veces hasta me sentía celoso...

Hoy era uno de esos días. Pude ver que él estaba nervioso por el discurso, así que le di una palmadita en la espalda y le dije:

-"Vas a estar genial, amigo". Me miró con una de esas miradas (realmente de agradecimiento) y me sonrió:

-"Gracias", me dijo. Limpió su garganta y comenzó su discurso: "La Graduación es un buen momento para dar gracias a todos aquéllos que nos han ayudado a través de estos años difíciles como tus padres, tus maestros, tus hermanos, quizá algún entrenador... pero principalmente a tus amigos. Yo estoy aquí para decirles que ser amigo de alguien es el mejor regalo que podemos dar y recibir y, a este propósito, les voy a contar una historia".

Yo miraba a mi amigo incrédulo cuando comenzó a contar la historia del primer día que nos conocimos. Aquel fin de semana él tenía planeado suicidarse.

Habló de cómo limpió su armario y por qué llevaba todos sus libros con él: para que su madre no tuviera que ir después a recogerlos a la escuela.

Me miraba fijamente y me sonreía. "Afortunadamente fui salvado. Mi amigo me salvó de hacer algo irremediable". Yo escuchaba con asombro como este apuesto popular chico contaba a todos ese momento de debilidad.

Sus padres también me miraban y me sonreían con esa misma sonrisa de gratitud. En ese momento me di cuenta de lo profundo de sus palabras:

- "Nunca subestimes el poder de tus acciones: con un pequeño gesto, puedes cambiar la vida de otra persona, para bien o para mal. Dios nos pone a cada uno frente a la vida de otros para impactarlos de alguna manera".

Los amigos son una joya muy rara. Ellos hacen que uno sonría, lo animan a que se tenga éxito en lo que se desea. Ellos saben escucharte, comparten sus palabras de aprecio y siempre quieren abrir su corazón hacia nosotros.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Para salir de la crisis

Para salir de “la crisis” … y de “las crisis”
Necesidad de una regeneración moral

Por don Juan Moya. Rector del Real Oratorio del Caballero de Gracia. Madrid.

El agobio económico de millones de personas en nuestro país es ya un hecho indiscutible, que va en aumento. Las voces de personas autorizadas pidiendo cambios profundos, también. Y no faltan las que no se limitan a señalar cambios en el ámbito financiero o laboral, sino que llegan más lejos y apuntan a causas más profundas, que si no se abordan decididamente no saldremos de “las crisis”, que en último término son la causa más importante de “la crisis”.

Esto no pretende ser un jeroglífico. La explicación es sencilla. Hay personas serias y competentes –de nuestro país y de otros países- que están convencidas de que la falta de valores morales es la raíz última del desastre económico en el que nos encontramos. Por ejemplo, el Presidente emérito del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering, ha comentado que Europa necesita una “renovación espiritual”. El Papa, en su encíclica Caritas in veritate ha dicho que el desarrollo integral “requiere una visión trascendente de la persona”; por el contrario, “los mesianismos de ilusiones vanas se basan en la negación de la dimensión trascendente de la persona”, y si se eclipsa a Dios, si se le aparta conscientemente de la vida de los hombres, el concepto de bien se disipa, se desvanece, se desfigura.

Las medidas económicas y laborales y de otros tipos que puedan adoptarse son necesarias, pero siempre requerirán hombres íntegros y competentes para llevarlas a cabo que inspiren confianza. Y también que valoren otros aspectos que son esenciales para el desarrollo integral de la persona, tales como la protección de la vida humana desde su concepción; el reconocimiento jurídico adecuado del matrimonio frente a otro tipo de uniones que no están basadas en la unión de un hombre y una mujer para toda la vida; el derecho de los padres a la educación moral y religiosa de sus hijos; el derecho a la libertad religiosa efectiva de todos los hombres, sin impedir la manifestación de la fe tanto en la vida privada como en la vida pública, y sin pretender imponer ninguna creencia ni ideología, sin confundir la aconfesionalidad del Estado con la imposición de un laicismo que niega el valor personal y social de la religión.

Mientras no salgamos de estas crisis motivadas por el fundamentalismo laicista y por la ideología de género, que empobrecen moralmente a la persona, no podrá haber una verdadera regeneración moral y por tanto no habrá garantías para evitar en lo sucesivo, y para superar ahora, las graves consecuencias a las que puede dar lugar una actitud irresponsable, con manifestaciones en muchos campos, y no sólo en el económico.

martes, 9 de febrero de 2010

Hay en Granada sitios

GUÍA PARA INICIADOS



He de revelaros un secreto: hay
en Granada sitios,
lugares donde el tiempo se remansa
como el agua en los pozos.
Por ejemplo, Plaza de las Pasiegas
donde el alto frontispicio de la catedral
da sombra a algún mendigo;
calle de Niños Luchando; recoleta
Plaza de San Nicolás, con acacias
y la Alhambra soberbia recortándose
contra el azul o el pálido lechoso
de la Luna; Carrera
del Darro donde el tiempo
discurre embovedado.
Y en mi corazón,
tantos años ya en la recta
final de soledad.

(Vicente Sabido)



lunes, 8 de febrero de 2010

El optimista


Forjar un modo de ser entusiasta, dinámico, emprendedor y con los pies sobre la tierra, son algunas de las cualidades que distinguen a la persona optimista.
El optimismo es el valor que nos ayuda a enfrentar las dificultades con buen ánimo y perseverancia, descubriendo lo positivo que tienen las personas y las circunstancias, confiando en nuestras capacidades y posibilidades junto con la ayuda que podemos recibir.

La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y el pesimismo, radica en el enfoque con que se aprecian las cosas: empeñarnos en descubrir inconvenientes y dificultades nos provoca apatía y desánimo. El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar soluciones, ventajas y posibilidades; la diferencia es mínima, pero tan significativa que nos invita a cambiar de una vez por todas nuestra actitud.

Alcanzar el éxito no siempre es la consecuencia lógica del optimismo. Por mucho esfuerzo, empeño y sacrificio que pongamos, algunas veces las cosas no resultan como deseábamos. El optimismo es una actitud permanente de “recomenzar”, de volver al análisis y al estudio de las situaciones para comprender mejor la naturaleza de los errores y contratiempos. Sólo así estaremos en condiciones de superarnos y de lograr nuestras metas.

Normalmente, la frustración se produce por un fracaso, lo que supone un pesimismo posterior para actuar en situaciones similares. La realidad es que la mayoría de nuestro tropiezos se dan por falta de reflexión. ¿Para qué sirve entonces la experiencia? Para aprender, rectificar y ser más previsores en lo futuro.

El optimista sabe buscar ayuda como una alternativa para mejorar o alcanzar los objetivos que se ha propuesto, es una actitud sencilla y sensata que en nada demerita el esfuerzo personal o la iniciativa. Sería muy soberbio de nuestra parte, pensar que poseemos el conocimiento y los recursos necesarios para salir triunfantes en toda circunstancia.

Cualquiera que ha sido campeón en alguna disciplina, llegó a colocarse en la cima por su esfuerzo, perseverancia y sacrificio, pero pocas veces, o mejor dicho nunca, se hace alusión a su optimismo, a esa entrega apasionada por alcanzar su fin, conservando la confianza en sí mismo y en las personas que colaboraron para su realización. El optimismo refuerza y alienta a la perseverancia

El optimista no es ingenuo ni se deja llevar por ideas prometedoras, procura pensar y considerar detenidamente todas las posibilidades antes de tomar decisiones. Si una persona desea iniciar un negocio propio sin el capital suficiente, sin conocer a fondo el ramo o con una vaga idea de la administración requerida, por muy optimista que sea seguramente fracasará en su empeño, ya que carece de las herramientas y fundamentos esenciales para lograrlo.

En otras circunstancias nos engañamos e inventamos una falsa realidad para hacernos la vida más fácil y cómoda. Basta mencionar al estudiante que se prepara poco y mal antes de sus evaluaciones, esperando obtener la calificación mínima y necesaria para “salir del paso”, sin darse cuenta que su falso optimismo lo llevará –tarde o temprano- al fracaso.

Se podría pensar que el optimismo nada tiene que ver con el resto de las personas, sin embargo, este valor nos hace tener una mejor disposición hacia los demás: cuando conocemos a alguien esperamos una actitud positiva y abierta; en el trabajo, una personalidad emprendedora; en la escuela, profesores y alumnos dedicados. Si nuestras expectativas no se cumplen, lo mejor es pensar que las personas pueden cambiar, aprender y adaptarse con nuestra ayuda. El optimista reconoce el momento adecuado para dar aliento, para motivar, para servir.

En la amistad y en la búsqueda de pareja también es necesario ser optimista. Algunas personas se encierran en sí mismos después de los fracasos y las desilusiones, como si ya no existiera alguien más en quien confiar. El optimismo supone reconocer que cada persona tiene algo bueno, con sus cualidades y aptitudes, pero también sus defectos, los cuales debemos aceptar y buscar la manera de ayudarles a superarlos.

El paso hacia una actitud optimista requiere de una disposición más entusiasta y positiva, es tanto como darle la vuelta a una moneda y ver todo con una apariencia distinta:

- Analiza las cosas a partir de los puntos buenos y positivos, seguramente con esto se solucionarán muchos de los inconvenientes. Curiosamente, no siempre funciona igual a la inversa.

- Haz el esfuerzo por dar sugerencias y soluciones, en vez de hacer críticas o pronunciar quejas.

- Procura descubrir las cualidades y capacidades de los demás, reconociendo el esfuerzo, el interés y la dedicación. Esto es lo más justo y honesto.

- Aprende a ser sencillo y pide ayuda, generalmente otras personas encuentran la solución más rápido.

- No hagas alarde de seguridad en ti mismo tomando decisiones a la ligera, considera todo antes de actuar pues las cosas no se solucionan por sí mismas. De lo contrario es imprudencia, no optimismo.

No es más optimista el que menos ha fracasado, sino quien ha sabido encontrar en la adversidad un estímulo para superarse, fortaleciendo su voluntad y empeño; en los errores y equivocaciones una experiencia positiva de aprendizaje. Todo requiere esfuerzo y el optimismo es la alegre manifestación del mismo, de esta forma, las dificultades y contrariedades dejan de ser una carga, convirtiéndonos en personas productivas y emprendedoras.

sábado, 6 de febrero de 2010

Invisibles


Lo esencial es invisible a los ojos del necio.
Así resumo esta película, El erizo, basada en la novela La elegancia del erizo, de Muriel Barbery.

Cuando me ha gustado mucho un libro, no suelo ver la versión cinematográfica, porque suele decepcionarme. Esta vez no ha sido así. También la película consigue reflejar la magia del hilo invisible que hace inevitable el encuentro entre personas sensibles y excepcionales.

Aún así, sigo recomendando la lectura de la novela.





viernes, 5 de febrero de 2010

As time goes by

Una canción de 1931, popularizada por el cine de Hollywood, y al mismo tiempo una reflexión sobre el relativismo y la relatividad a partir de la teoría de Einstein.

En 1931 una canción, As Time Goes By, logró estar veintiuna semanas en la lista de los mayores éxitos de Estados Unidos. Procedía de un recién estrenado musical de Broadway y la interpretaba Rudy Vallee, estrella de la radio, el musical, y el cine americanos, una especie de precursor de los Frank Sinatra o los Elvis Presley en la época de la gran depresión económica. Esta canción, con letra y música de Herman Hupfeld, que triunfó efímeramente hace setenta y cinco años, adquiriría después un rango más universal gracias al film Casablanca, en el que servía de hilo conductor al amor imposible de Rick e Ilsa, personajes a la medida de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman. La continua difusión de la película a lo largo de seis décadas contribuyó también a la popularidad del tema musical, grabado además por infinidad de intérpretes.

Sin embargo, la Warner Bros omitió en Casablanca la letra introductoria de As Time Goes By, quizás para no distraer de la tensión dramática originada por la interpretación del inolvidable pianista Sam (Dooley Wilson) o simplemente por no querer detenerse a reflexionar sobre una letra que en cierta medida es reflejo de la inseguridad que flotaba en el aire en 1931, tanto en Estados Unidos como en Europa, tanto en el ámbito interno como en el internacional. Y es que realmente el mundo era realmente más alegre y confiado antes de 1914, orgulloso como nunca de los progresos de la ciencia y la técnica. Era la época de la segunda globalización, marcada por la ascensión de los imperios coloniales, en la que ni la carrera de armamentos ni las frecuentes crisis internacionales terminaban por inquietar a quienes desayunaban rutinariamente con aquellas noticias de prensa.

En cambio, en 1931 las cosas eran muy diferentes: había miedo a que se repitiera una guerra –por no decir una carnicería- de alcance mundial; había miedo a las revoluciones, a los nacionalismos agresivos, a la pobreza, al paro indefinido... Por lo demás, la gente estaba asistiendo a aquellas alturas del siglo XX a cambios vertiginosos y se echaban de menos asideros a los que sujetarse como en tiempos pasados. El azar y lo relativo irrumpían con fuerza en las conciencias, tal y como sucede en estos inicios del siglo XXI, aunque había una diferencia sustancial: en 1931 brotaban temores y presagios ante peligros más o menos cercanos, y actualmente muchos quieren creer que vivimos en el mejor de los mundos posibles, un mundo de autosatisfacción y barroquismos sin contenidos.

Con todo, Herman Hupfeld, el autor de As Time Goes By, desconfiaba de las novedades de aquel momento, pues denunciaba en la letra que las novedades aceleradas le causaban aprensión, que el progreso técnico le inquietaba y hasta la posibilidad de una cuarta dimensión; y terminaba por hacer responsable de su desasosiego a la teoría de Einstein a la que calificaba de “trifle weary”, una bagatela fastidiosa. Seguramente Hupfeld confundía –como algunos siguen haciendo hoy- la relatividad con el relativismo moral, un malentendido que Einstein trató de aclarar inútilmente toda su vida. Desde luego, no era un relativista quien afirmaba que Dios no juega a los dados, quien se rebelaba contra la pretensión de considerar que la realidad última no es necesariamente el resultado de causas exactas y que vivimos en un mundo en que lo impredecible –lo incausado- sucede constantemente. Tampoco estaba de acuerdo Einstein con quienes afirmaban que la realidad sólo existe cuando tenemos contacto con ella o, incluso, que somos nosotros los que hacemos que aparezca. De ahí hay un paso para proclamar que cada “cuerpo” sirve para llenar el universo, y tampoco es extraño que en aquella época de entreguerras Paul Valéry se refiriera a la “civilización de los solos”, a la que, por cierto, su esteticismo le hacía pertenecer. Pero la mentalidad relativista ha calado profundamente entre las masas y los individuos, y ha supuesto que nadie quiera escuchar a oráculos que prediquen responsabilidades, que hablen de los posibles efectos de nuestras acciones y nos aporten prueban concluyentes porque el mero hecho de prestarles oídos se considera como una restricción de nuestra capacidad de elegir. Conviven paradójicamente los dogmas de que somos prisioneros del destino y de que nuestra libertad carece de límites.

Frente a las incertidumbres del futuro y el relativismo arrollador, Herman Hupfeld se aferraba en su canción a la existencia de algo permanente, que entonces acaso no se considerara tan relativo: el amor entre un hombre y una mujer, una historia tan vieja y nueva como el mundo, en la que todo es más sencillo que todas las teorías alambicadas: “A kiss is just a kiss, a sigh is just a sigh”.

* Por Antonio R. Rubio Plo
Historiador y analista de relaciones internacionales


"As Time Goes By"

[This day and age we're living in
Gives cause for apprehension
With speed and new invention
And things like fourth dimension.
Yet we get a trifle weary
With Mr. Einstein's theory.
So we must get down to earth at times
Relax relieve the tension
And no matter what the progress
Or what may yet be proved
The simple facts of life are such
They cannot be removed.]
You must remember this
A kiss is just a kiss, a sigh is just a sigh.
The fundamental things apply
As time goes by.
And when two lovers woo
They still say, "I love you."
On that you can rely
No matter what the future brings
As time goes by.
Moonlight and love songs
Never out of date.
Hearts full of passion
Jealousy and hate.
Woman needs man
And man must have his mate
That no one can deny.
It's still the same old story
A fight for love and glory
A case of do or die.
The world will always welcome lovers
As time goes by.
Oh yes, the world will always welcome lovers
As time goes by.

Herman Hupfeld

© 1931 Warner Bros. Music Corporation, ASCAP