viernes, 17 de abril de 2009

High fidelity

Alguien me envió este historia hace tiempo:
"Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde trabajo, para curarse una herida en la mano. Tenía bastante prisa y mientras lo atendía le pregunté sobre el motivo de su urgencia.

Me aclaró que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí.

Llevaba algún tiempo en ese lugar y sufría Alzheimer. Mientras terminaba de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.

- No, me dijo, ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.

- Entonces, le pregunté extrañado, ¿y si ya no sabe quién es usted, por qué esa necesidad de ir todas las mañanas y de llegar tan puntual?

Me sonrió, y dándome una palmadita en la mano, me dijo: «Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella».

Tuve que contener las lágrimas, y mientras salía pensé: «Ésa es la clase de amor que quiero para mi vida; el verdadero amor no se reduce a lo físico o romántico, el verdadero amor, es la aceptación de todo lo que el otro verdaderamente es, de lo que ha sido, de lo que será, y de lo que ya nunca podrá ser».



Sí, aunque no lo cuenten los telediarios, hay Fidelidad en el mundo.
Por cierto, fantástico este spot de Intereconomía TV. ¡Felicidades, valientes!


1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con vosotras. A perar de no estar de moda, hay mucha gente fiel; no sólo en su matrimonio, sino a todos los niveles. Fiel y leal. Y saberlo es esperanzador.

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