Los protagonistas son tres personas excelentes inmersas en un ambiente de lo más vulgar, en un distrito donde reside la alta burguesía parisina.
Renée, la portera de un edificio de apartamentos de lujo de la Rue Grennelle, vive obsesionada con que los vecinos no perciban su alto nivel cultural. El tiempo que no está trabajando, lo dedica a deborar libros de filosofía, literatura clásica, política... Es un alma cultivada y contempladora de la belleza rodeada de vecinos mediocres y frívolos, incapaces de percibir algo ajeno a ellos mismos.
Paloma es una niña de doce años que vive en el edicficio. Es de una inteligencia superdotada, hija de un ministro socialista de la república francesa, y de una madre absurda y frívola que pasa sus días de compras y en la consulta de un psicoanalista. Paloma es una joya en un lodazal, pero sus padres, simplemente creen que es rara.
El tercer protagonista es un ex diplomático japonés, que acaba de llegar a vivir al edificio, y que será una alma gemela de la portera y la niña, y nexo de unión entre ellas.
Es un libro para disfrutar de la belleza de las cosas pequeñas y las personas sencillas vista a través de los ojos de sus protagonistas.
Me ha gustado la evolución de Paloma y Renée. De regodearse en el placer de sentirse superiores a toda la canalla, pasan a sentirse cercanos a todos.
Recomiendo vivamente su lectura.
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