Reproduzco esta interesante entrevista a la doctora María Luisa Di Pietro publicada en www.alfayomega.es
Di Pietro es profesora del Máster en Bioética en la Universidad Católica de Ávila e imparte clases en la del Sacro Cuore de Roma. Habla de su materia y de ideología de género y sexualidad humana
¿Qué significa ideología de género?
Ésta se basa en el supuesto de que no existe sexo femenino o masculino, sino que hay muchos géneros y cada persona puede elegir una pertenencia sin relación con el sexo biológico. De hecho, el principal objetivo de la ideología de género es destruir la existencia de una realidad biológica masculina o femenina.
¿Cómo influye en nuestra sociedad?
Tenemos dos fases destacadas en el desarrollo de la identidad sexual: de cero a seis años y la adolescencia. En estos dos períodos es muy importante la presencia de los padres, el modelo de referencia masculino o femenino. La ideología de género es contraria a la familia, argumentando que hay roles predefinidos. Según ella, no existe hombre o mujer, sino que todo depende de una elección, y la familia es un enemigo a combatir. Hoy, la sexualidad se reduce a los instintos, como método para la elección. Se ha perdido toda la dimensión personal, ya que el sexo es una función a satisfacer. Y si la sexualidad es un instinto, no hay verdadera la libertad.
¿Y cuál es el punto de vista cristiano?
Cuando pregunté a monseñor Sgreccia, del Vaticano, cómo hacer para saber si una persona entendía la dimensión católica, me dijo: «Tienes que preguntar qué pensamiento tiene de la sexualidad»; porque es algo que muchos católicos todavía no tienen claro. La sexualidad desde el punto de vista católico es capacidad de relación, vivir una realidad masculina o femenina y elegir si realizarla en virginidad o en matrimonio. Es la posibilidad y libertad de elegir unos actos y no otros. Pero, para muchos católicos, el mensaje de los medios es muy fuerte, y una versión personal de la sexualidad es más difícil de entender, porque te sitúa frente a tu libertad.
El Papa critica que se enfoca la sexualidad desde un punto de vista sanitario. ¿Comparte esta opinión?
Estoy de acuerdo. Falta la dimensión de la vida personal. La sexualidad se ha reducido a la dimensión biológica, y la educación se reduce a la información sobre los métodos contraceptivos, el condón, las enfermedades de transmisión sexual... No es educación de la persona; es una información desexualizada, sin atender a la diferencia entre la masculinidad y la femineidad. Reducir la persona a la dimensión biológica es una elección que le hace daño a ella, a la pareja y a la sociedad.
No sé si conoce la nueva ley del aborto que se prepara en España, que permite a las jóvenes de 16 años abortar sin necesidad de consentimiento paterno.
En Italia es peor. El aborto se puede hacer, en la práctica, hasta la semana 24, pero realmente la ley no dice hasta cuándo se puede hacer. Además, la ley italiana habla sobre la menor, pero no dice edad: puede ser de once, doce, trece años. Para ello es necesario hablar con los padres, pero si la niña no quiere llamarlos, hay un abogado encargado de evaluar si esta niña tiene la capacidad de tomar esta decisión. La italiana es la peor ley de toda Europa, aunque todas las leyes sobre el aborto son un paso atrás en la defensa de la vida.
¿Cuáles son los principales problemas bioéticos que se plantean con la fecundación artificial?
Se dice que la fecundación artificial es para la vida, pero la verdad es que se matan muchos embriones. Se produce un embrión, pero no se le ofrece la posibilidad de una vida autónoma y de su desarrollo. No se habla de los embriones que se matan. Tenemos tres problemas bioéticos: el espectro del embrión humano, la destrucción de la familia y la despersonalización de la propia acción humana.
Di Pietro es profesora del Máster en Bioética en la Universidad Católica de Ávila e imparte clases en la del Sacro Cuore de Roma. Habla de su materia y de ideología de género y sexualidad humana
¿Qué significa ideología de género?
Ésta se basa en el supuesto de que no existe sexo femenino o masculino, sino que hay muchos géneros y cada persona puede elegir una pertenencia sin relación con el sexo biológico. De hecho, el principal objetivo de la ideología de género es destruir la existencia de una realidad biológica masculina o femenina.
¿Cómo influye en nuestra sociedad?
Tenemos dos fases destacadas en el desarrollo de la identidad sexual: de cero a seis años y la adolescencia. En estos dos períodos es muy importante la presencia de los padres, el modelo de referencia masculino o femenino. La ideología de género es contraria a la familia, argumentando que hay roles predefinidos. Según ella, no existe hombre o mujer, sino que todo depende de una elección, y la familia es un enemigo a combatir. Hoy, la sexualidad se reduce a los instintos, como método para la elección. Se ha perdido toda la dimensión personal, ya que el sexo es una función a satisfacer. Y si la sexualidad es un instinto, no hay verdadera la libertad.
¿Y cuál es el punto de vista cristiano?
Cuando pregunté a monseñor Sgreccia, del Vaticano, cómo hacer para saber si una persona entendía la dimensión católica, me dijo: «Tienes que preguntar qué pensamiento tiene de la sexualidad»; porque es algo que muchos católicos todavía no tienen claro. La sexualidad desde el punto de vista católico es capacidad de relación, vivir una realidad masculina o femenina y elegir si realizarla en virginidad o en matrimonio. Es la posibilidad y libertad de elegir unos actos y no otros. Pero, para muchos católicos, el mensaje de los medios es muy fuerte, y una versión personal de la sexualidad es más difícil de entender, porque te sitúa frente a tu libertad.
El Papa critica que se enfoca la sexualidad desde un punto de vista sanitario. ¿Comparte esta opinión?
Estoy de acuerdo. Falta la dimensión de la vida personal. La sexualidad se ha reducido a la dimensión biológica, y la educación se reduce a la información sobre los métodos contraceptivos, el condón, las enfermedades de transmisión sexual... No es educación de la persona; es una información desexualizada, sin atender a la diferencia entre la masculinidad y la femineidad. Reducir la persona a la dimensión biológica es una elección que le hace daño a ella, a la pareja y a la sociedad.
No sé si conoce la nueva ley del aborto que se prepara en España, que permite a las jóvenes de 16 años abortar sin necesidad de consentimiento paterno.
En Italia es peor. El aborto se puede hacer, en la práctica, hasta la semana 24, pero realmente la ley no dice hasta cuándo se puede hacer. Además, la ley italiana habla sobre la menor, pero no dice edad: puede ser de once, doce, trece años. Para ello es necesario hablar con los padres, pero si la niña no quiere llamarlos, hay un abogado encargado de evaluar si esta niña tiene la capacidad de tomar esta decisión. La italiana es la peor ley de toda Europa, aunque todas las leyes sobre el aborto son un paso atrás en la defensa de la vida.
¿Cuáles son los principales problemas bioéticos que se plantean con la fecundación artificial?
Se dice que la fecundación artificial es para la vida, pero la verdad es que se matan muchos embriones. Se produce un embrión, pero no se le ofrece la posibilidad de una vida autónoma y de su desarrollo. No se habla de los embriones que se matan. Tenemos tres problemas bioéticos: el espectro del embrión humano, la destrucción de la familia y la despersonalización de la propia acción humana.
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