martes, 16 de agosto de 2011

¡Fiesta!

- ¡Felicidades!
-¿Por...?
- Porque hoy hay fiesta en el Cielo. Cada vez que una persona se confiesa, en el Cielo hay fiesta.

Es lo que el sacerdote le dijo a Marta el día de su primera confesión. Han pasado muchos años, y cada vez que acude a contarle a Jesús como le ha ido en los últimos días, a pedirle perdón, y a decirle que quiere recomenzar - en definitiva, en eso consiste el sacramento de la confesión- imagina la escena en el Cielo.
Una pandilla de ángeles, con su ángel de la guarda a la cabeza, avisando al resto de la corte celestial:
"ya viene, ya viene", mientras Marta se acerca al confesionario. Su ángel le va soplando, para que no olvide nada de lo que había visto hace un rato, mientras hacía su examen de conciencia.
Cuando el sacerdote, que en ese momento es el mismo Dios, va a darle la absolución, después de unos cuantos consejos para ir luchando hasta la próxima confesión, su ángel vuelva a avisar al resto: "ya", y tocan campanas. Para que todos se enteren allí arriba, que Jesús está de fiesta, porque una de sus ovejas, vuelve o quiere seguir en el redil.

Marta piensa en la fiesta del perdón JMJ, ¿cómo será la fiesta en el cielo? ¿Te imaginas al ángel de cada una de las miles de personas que pasarán por los confesionarios del Parque del Retiro avisando a todos. ¡¡¡Cómo será la hipermegafiesta en el Cielo!!! Cuantas historias de amor entre Dios y cada uno de esos penitentes. Y habrá ángeles diciéndole a los demás, que su custodiado viene de lejos, de hace años, o que es la primera vez que.
Y Marta da gracias a Dios, porque Madrid es una fiesta. Y cuanta razón tuvo el primero que dijo que "de Madrid al Cielo".


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