miércoles, 11 de noviembre de 2009

Suerte de no ser ciega en Granada


Coleccionista de rincones urbanitas, cielos multicolor y algún puente.
Fabrico un cielo con calles de Granada, parques de París y un puente madrileño.
En noviembre me gustan las alfombras de Granada. Esas que tejen las hojas de otoño en la Acera de san Ildefonso. Su olor me trae imágenes de otro tiempo: salgo de Arandas, cruzo por Gran Vía, subo Tinajilla. A la derecha, Puerta Elvira, sobreviviendo a caprichos arquitectónicos del entorno y escuchando un eco permanente:

Paseábase el rey moro
por la ciudad de Granada,
desde la puerta de Elvira
hasta la de Vivarambla


… Antes de llegar al quinto verso -¡Ay, de mi Alhama!- tengo la alfombra a mis pies. Bajo el brazo, libros de Rosalía, de Mesoneros, alguno más para devolver a la biblioteca de la facultad.
Lo siento, chicos, que no habéis pisado estas hojas. Que no habéis habitado estas calles. Que no habéis pintado este cielo. Llora tu melancolía, la de Castro, que en el noviembre gallego, nunca se desangrará el sol como en Granada.

3 comentarios:

  1. Me alegro que te guste la entrada de mi blog.
    Se bienvenida a Cartas a Los Míos cuando quieras ;)

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  2. Gracias, Edurne. Bienvenida tú también a mi blog.

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  3. ¡Yo también quiero ir a Granada! nunca estuve en noviembre.
    Besos

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