domingo, 20 de enero de 2013

20 años sin Audrey


De origen anglo-holandés, hija de la Baronesa Ella van Heenstra y Joseph Victor Henry Ruston, un financiero irlandés. Vivió sus primeros años en Holanda, pero tras el divorcio de sus padres en 1938 se trasladó a Londres. Allí estudiará danza y arte dramático en la Marie Rambert School

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, tuvo que regresar a Holanda pero con el fin del conflicto vuelve a tierras británicas donde comienza a trabajar como modelo y poco después como actriz teatral. 

Su primer contacto con el cine (1948) le sirvió para adquirir experiencia y para poder presentarse con éxito en Broadway. Antes de triunfar en el mercado norteamericano con la Paramount, rodó un mínimo de seis películas en Inglaterra y ya en 1952 William Wyler le ofreció protagonizar la deliciosa comedia Vacaciones en Roma, cinta que la convirtió en una verdadera estrella. Gracias a esta película obtuvo su primer Oscar como mejor actriz y, lo que es más importante, conquistó al público americano por su belleza y elegancia. 

Su largo currículum cinematográfico destaca por la calidad de películas como Desayuno con diamantes (1961, de Blake Edwards), Charada (1963, de Stanley Donen), Sola en la oscuridad (1967, de Terence Young). En un registro más dramático, Historia de una monja (1959, de Fred Zinneman). 

En 1954 se casó con el actor Mel Ferrer, con quien tuvo a su hijo Sean, y del que se divorció en 1968. Un año después volvió a casarse, esta vez con el doctor Andrea Dotti, un matrimonio que duraría hasta 1976 y del que nacería su segundo hijo Luca Andrea
Sus últimos años los pasó acompañada de Robert Wolders.



Estuvo nominada al Oscar como mejor actriz en cuatro ocasiones más, por Sabrina en 1954, Historia de una monja en 1959, Desayuno con diamantes en 1961 y por Sola en la oscuridad en 1967. Fué esta última película la que marcó su retirada de la gran pantalla a la que regresaría juanto a Sean Connery en 1976 para rodar Robin y Marian.

Pero no sólo serían los galardones norteamericanos los que formalizarán la reconocida calidad de Audrey, de hecho en 1958 logró el premio a la mejor actriz en el Festival de San Sebastián y el Bafta Británico en la misma categoría por Historia de una monja (Repetiría este premio en 1963 por Charada). 

También protagonizó inolvidables musicales, como Funny face, junto a Fred Astaire. Pero sobre todo, merece mención especial My Fair lady, basada en la obra Pigmalión de  George Bernard Shaw, junto a Rex Harrisson, dirigidos por George Cukor en 1964.

En Somalia, 1992
Desde que fue nombrada en 1988 embajadora de UNICEF, Audrey Hepburn se dedicó por completo a su labor humanitaria (sólo hemos de recordar que la actriz viajó a Somalia poco tiempo antes de que le diagnosticaran el cáncer de colon que acabó con su vida). 

En 1993, meses después de su muerte, la Academia de las Artes y Ciencias cinematográficas de Hollywood le concedió un Oscar humanitario Jean Hersholt por su labor como embajadora permanente de UNICEF

Ella aportó al cine un encanto nuevo. Su elegancia traspasó la pantalla convirténdose en icono de moda. Además aportó, bajo su aparente fragilidad, una voluntad de hierro y una inteligencia que le permitieron mantener el brillo y encanto de la juventud.

Audrey Hepburn y George Peppard. Desayuno con diamantes, (1961). Blake Edwards.
A pesar del paso del tiempo, no han sido pocos los diseñadores que se han inspirado en ella para sus creaciones. Míticos fueron los diseños creados por Edith Head para ella en muchas de sus películas. Como también lo fueron los de Hubert de Givenchy, con quien mantuvo una buena amistad.  Pero también lució como nadie los modelos de Saint Laurent y Valentino.
Su imagen elegante y distinguida, se alejaba de la exhuberancia de las actrices tan de moda en los 50, como Marilyn, y no por ello dajó de ser hiper femenina.

Givenchy vistiendo a Audrey Hepburn
Encantadora la vemos en Love in the afternoon (1957), junto a Maurice Chevalier y Gary Cooper.
Por muchos años que pasen, la estela de Audrey siempre permanece.

Como Eliza Doolittle en My fair lady

2 comentarios:

  1. Es una actriz con mucho encanto, a mi siempre me ha gustado, y algunas de sus películas las he visto varias veces. Saludos.

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  2. ¡Felicidades! ya que es tu avatar.
    Comparto tu admiración por Audrey Hepburn.

    Un abrazo

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