José de Ribera: La Inmaculada Concepción de Monterrey, 1635 |
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea,
en tan graciosa belleza.
A Ti, celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día,
alma vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía,
vivir son tu amor,
por tu pura Concepción.
¡qué maravilla de cuadro y de oración! Hoy es día de gran celebración, un saludo!
ResponderEliminarGracias, nube.
EliminarUn abrazo.
No podía dejar pasar este día sin entrar en tu casa, sabiendo que encontraría belleza, hablando de la belleza. No he quedado decepcionado. Feliz fiesta. A mi me toca guardia. Un beso
ResponderEliminarGrazie, caro!
EliminarHoy coincidimos, es que esta oración no se pué aguantá de lo bonita que es, viene de los tiempos del cole, no conocía lo último, precioso:
ResponderEliminarvivir sin tu amor,
por tu pura concepción.
¡¡¡Gracias, amiga!!!
Me la enseñaó así mi abuela. No sé si los dos últimos versos los añadió ella. El caso es que tienen enjundia.
Eliminar¡Gracias a ti!