Shinya Yamanaka |
John B. Gurdon |
Hoy se hará entrega del Premio
Nobel de Medicina al científico japonés Shinya Yamanaka (Osaka, 1962) por sus
investigaciones pioneras con células madre adultas, junto con John B. Gurdon.
Reciben en Nobel "por el descubrimiento de que las células maduras se
pueden reprogramar para convertirse en pluripotentes"; es decir, que la
especialización de las células es reversible, abriendo así un campo de
aplicaciones terapéuticas importante.
Natalia López Moratalla,
Catedrática de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Navarra,
explica en esta entrevista la importancia de este premio y cómo, frente a una
parte de la comunidad científica que apostaba por las células madre
embrionarias, las investigaciones de Yamanaka se han realizado exclusivamente con
células madre de adulto.
¿Por qué es tan importante este
Nobel?
Este Nobel supone una gran
aportación a la ciencia y un giro en un área que había empezado mal: por una
parte, estaba muy centrada en cuestiones ideológicas respecto a la vida humana
y, por otra se planteaba como una solución-necesidad de utilizar los embriones
sobrantes de fecundación in vitro para curar graves enfermedades
Como este tema tenía detrás mucha
ideología y una gran inversión económica, desde el principio se intenta
plantear, de cara a la opinión pública, como: “la Iglesia católica no quiere
que la gente se cure, con tal de que no se utilicen embriones”, para que las
discusiones se queden en el terreno religioso y no en el terreno científico. Y
esto, a pesar de que desde el principio se sabía que las células madre
embrionarias iban a ser indomables y que no iban a servir para curar.
¿Y cómo ha conseguido Yamanaka
sacar adelante su proyecto, por encima de estas “presiones”?
En mi opinión, la clave del éxito
ha sido no enfrentarse en discusiones con los que investigan con células
embrionarias. Él marca un hito que es: racionalidad, conocimientos previos y,
como punto de partida, nunca utilizar un embrión ni tampoco óvulos humanos para
clonar. Entre otras cosas, alguna vez ha declarado que la primera vez que vio a
un embrión vio a sus hijas. Pero no se enreda en discusiones. Hay dos caminos
para obtener células pluripotenciales: destruyendo embriones de pocos días, o
programando células maduras hacia atrás; Yamanaka prevé que este último es el
camino correcto a seguir.
Este descubrimiento ha hecho que
se reescriban libros y se abran nuevos campos a la investigación, ¿se podría
decir que puede suponer un giro copernicano en la historia de la medicina
regenerativa, o es demasiado presuntuoso?
El campo de investigación que ha
abierto es para muchísimos años, para muchísimos laboratorios: Ha llegado ya el
sueño dorado de tener modelos celulares de enfermedades humanas para
estudiarlas, probar fármacos, estudiar tóxicos, etc. Además, vuelve a verse al
alcance de la mano, en pocos años, una posible vía de curación de enfermedades
degenerativas o de destrucción de tejidos. Ahora, en 2012, ha conseguido -con
los gametos, obtenidos por reprogramación hacia atrás y madurados in Vitro- el
primer modelo para estudio de la infertilidad y plantear estrategias para su
posible curación.
Todavía queda mucho trabajo por
hacer y en unos casos será más difícil que en otros, pero es posible. No sé si
se puede hablar de giro copernicano, pero sí que es un referente para los
científicos.
Fe y razón, una pareja bien
avenida
Cuando se empezó a investigar con
células madre embrionarias parecía que todos los detractores de este tipo de
proyectos pertenecían a sectores religiosos. Sin embargo Shinya Yamanaka, no ha
manifestado, al menos públicamente, que prefiriera investigar con células madre
adultas por motivos religiosos, ¿Por qué piensa que lo hizo así?
Porque es lo racional. Insisto en
que se sabía que no era posible una vía terapéutica con las células de los
embriones. Si éstas llegasen alguna vez a madurar adecuadamente para curar,
serían rechazadas, porque no son del mismo paciente. Cuando esto se hizo
patente, se apareció la llamada clonación terapéutica: hacer un embrión clon de
cada paciente. La clonación con mamíferos
parte del gran boom de la oveja Dolly, que fue un fracaso porque estaba
enferma, era estéril, había nacido envejecida, etc. Después de miles de
intentos, todavía no se ha logrado clonar un primate y también fallan todos los
intentos con humanos.
Yamanaka parte para sus
investigaciones de los conocimientos sobre la clonación de anfibios aportados
por Gurdon y que estuvieron en la base de la clonación de la oveja Dolly. Pero
él no lo hace para llevarlos a la clonación humana, sino para conocer en qué
medida el desarrollo embrionario puede ser reversible y se puede transitar en
los dos sentidos.
¿Puede ser la confirmación –no la
definitiva, pero una vez más- de que la fe no se opone a la ciencia y que
muchas veces nos puede ayudar el verdadero camino del progreso?
Natalia López Moratalla |
Efectivamente ha demostrado, una
vez más, que cuando se trabaja con rigor científico –con la ética propia de la
investigación que busca conocer cómo son las cosas y cómo funcionan- termina
bien. La verdad siempre sale a flote. Pienso que es un caso muy especial y
ejemplar, tanto por el hecho de negarse a que el punto de partida para sus
trabajos fuese destruir embriones y a manipular mujeres para conseguir óvulos
humanos; como por que ha pensado en las consecuencias que otros podrían derivar
de sus experimentos, y ha puesto todos los medios a su alcance para que no
ocurriera.
Desde que empezó su trabajo ha
sido literalmente asediado por los que deseaban mantener la utilidad de las
células embrionarias, como controles imprescindibles para las iPS (células
madre pluripotentes inducidas). Yamanaka expresa en algunos de sus artículos
que esto es un tema científico en el que hay que dejar fuera la ideología y la
política. Y resuelve también ese punto sin ceder en el uso de embriones. La
racionalidad científica es una fuente de conocimiento. No se si él tiene o no,
principios religiosos, lo que ha demostrado tener es rectitud, y no en nombre
de la religión, sino en el de la ética de la investigación científica.
Y es que realmente la ciencia
puede alcanzar certezas y aportar el sentido biológico, natural de una realidad
o un proceso. La racionalidad ética aporta el sentido humano de los procesos
vitales del hombre. La fe da la razón última, el sentido pleno de la vida y la
dignidad humana. Ese camino es de una belleza excepcional cuando se recorre con
la plena libertad de quién busca la verdad.
Después de todas las aberraciones
cometidas en el S.XX, ¿son las investigaciones de Yamanaka un buen argumento
para hablar a la comunidad científica de que no todo es lícito?
Desde luego. Cuando se lanzó la
bomba atómica, Bohr (uno de los pioneros
de la energía nuclear) confesó en que si él hubiera pensado en algún momento en
las consecuencias de sus investigaciones, si hubiera sido más prudente al
hablar en sus clases, seguramente no hubieran participado tantos de sus
discípulos en la fabricación de la bomba.
No se puede decir “yo investigo teóricamente y allá con los
biotecnólogos que los usen”. No hay una línea de separación.
En un momento como el actual, en
el que el desprecio al embrión, a la vida naciente y a la transmisión de la
vida humana es tan fuerte, éste es un testimonio que puede hacer recapacitar
profundamente.
Nunca se ha dado en la historia,
una falsificación de datos respecto al carácter del embrión humano, como en la
segunda mitad del siglo XX. Se han usado datos puramente especulativos,
mantenidos como dogmas de la ciencia a pesar de que se había comprobado que
eran falsos; para atacar la fe y la moral sexual de la Iglesia ya desde los años,
desde que Pablo VI desaprobó la anticoncepción farmacológica.
Toda una reata de falsos
supuestos ha creado la idea general de que el embrión humano no tiene el
carácter propio de los hombres. Nunca una ideología tan falsa ha sido
orquestada de esta forma universal. En ella se han basado modos de vida,
conceptos de familia, etc., que amparados por las leyes, quieren presentar a la
fe y la Iglesia como enemigas del progreso. Creo que esta situación da un valor
único a los planteamientos de este gran Premio Nobel.
Fuente: http://www.opusdei.es/art.php?p=51416
Me parece entonces fantástico que el Premio Nobel de Medicina haya sido otorgado a ellos dos por el giro dado a las investigaciones científicas ya que la ética tiene que estar siempre presente. Saludos.
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