Isabel nos habla de su experiencia como voluntaria en la escuela de hostelería TEWA, en el distrito de Kilifi, a pocos kilómetros de la ciudad keniana de Mombasa. Allí acudió este verano junto con otras once profesionales de distintos ámbitos.
¡Estupendo!, me ha encantado lo que dicen..te ayuda a relativizar...es una experiencia nueva que no controlas...es algo que debemos hacer...si no es en Africa, aquí mismo, alrededor (esto último te lo digo yo), etc, etc...muy bien...
Esto sí que es palpar la verdadera pobreza. Pero si ves las caras de esos niños, no percibes tristeza, sino alegría. Está bien que universitarias acomodadas hagan estas cosas.
Y claro que se puede ayudar sin irse a África. Basta acercarse a Cáritas o al Banco de alimentos. O a cualquier hospital y ver la cantidad de gente sola que hay.
La imagen es una pasada de verdad. Ahora entiendo que eso de que "África engancha".
¡Estupendo!, me ha encantado lo que dicen..te ayuda a relativizar...es una experiencia nueva que no controlas...es algo que debemos hacer...si no es en Africa, aquí mismo, alrededor (esto último te lo digo yo), etc, etc...muy bien...
ResponderEliminarLa imagen es una maravilla.
UN BESO.
Esto sí que es palpar la verdadera pobreza. Pero si ves las caras de esos niños, no percibes tristeza, sino alegría.
EliminarEstá bien que universitarias acomodadas hagan estas cosas.
Y claro que se puede ayudar sin irse a África. Basta acercarse a Cáritas o al Banco de alimentos. O a cualquier hospital y ver la cantidad de gente sola que hay.
La imagen es una pasada de verdad. Ahora entiendo que eso de que "África engancha".
Besos, amiga.
Me ha gustado ver que estos niños sonreían porque tienen un futuro. Saludos.
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